La adulteración de la verdad, oh Cristo ,
es anatema.
Tu Nombre nos lo ha revelado el Santo Espíritu;
y la sana doctrina de Él emana.
Ningún ser humano, sin arrepentimiento,
da la cara al Rey de reyes.
El espíritu a través del quebrantamiento,
libera con sumo dolor, de su maldad a los erráticos pecadores.
El bautismo por inmersión en agua,
sepulta del hombre el pecado.
Y al emerger, en Cristo resucita,
para ser bienaventurado.
Oh Señor Jesucristo, por las doctrinas fundamentales,
el que creyere y fuere bautizado, será salvo.
Por el don del Espíritu Santo, recibiréis poderes.
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi Nombre echaréis fuera demonios; y sobre el enfermo que impongáis vuestras manos será sano.
Oh Señor Jesús, no ha habido otro Nombre dado a los hombres,
por el que se pueda ser salvo.
Si en el unigénito Hijo de Dios, no creyeres;
será imposible, para nadie, traspasar el umbral del paraíso eterno.
Paz de Cristo
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