Oh Cristo, ¿Acaso la semilla del espíritu,
produce riqueza material con desmesura?
En tu Evangelio, solo existe un eterno propósito,
que el alma se revista de salvación pura.
Oh Cristo Jesús, la insensatez del ser humano,
pospone la adoracion, desvirtuando tu solemne presencia.
Trivializa lo sagrado;
y establece un vacío, ante los ojos de aquel a quien hay que rendir cuenta.
La paga del pecado es muerte.
¿Tienes incensado tu altar, por si hoy el Sumo Hacedor, viniera a pedirte el alma?
No es una cuestión de tu azar recurrente.
Se ha hecho real la balanza santa, que con el poder del cielo te condena o salva.
Oh Señor Jesucristo, de tu gracia, derramas
sobre todo ser humano bendición.
Y no haces acepción de almas,
para su gloriosa salvación.
Oh Rey de la Gloria,
en tanto sabes que somos polvo,
siempre tuvimos fe en tu misericordia.
Y postrados a tus pies, oh Altísimo, derramamos lágrimas santas, para que nuestro vaso de barro lo hagas eterno.
Paz de Cristo
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