Oh Cristo, eleva nuestro prosaico corazón,
a la sublime poesía de tu Palabra.
La sobrenatural visión,
nos llevará a contemplar la vida eterna.
Oh Cristo Jesús, por tu solemne santidad,
la senda muestra su genuflexión, ante tus sagrados pasos.
Es, oh Señor, tu visión de la verdad,
la que nos ha convertido en santos.
Oh Señor Jesucristo, de tu transfiguración,
con la ley y los profetas,
tuvimos la visión del Antiguo Testamento.
Las almas santas se postraron en adoración,
alabando tu trono de gracia en el cielo.
Oh Cordero Inmolado, en tu muerte y resurrección,
se paró el tiempo en el universo.
De tu majestuosa exaltación,
hubo solo un privilegiado de esa misteriosa visión, el Señor Jesucristo, nuestro único Padre eterno.
Oh Redentor, si alcanzamos a ver tu santa Faz,
nos habrás arrebatado con tu Iglesia amada.
Y será una gloriosa visión de paz,
en la que morará con el Altísimo, nuestra alma bienaventurada.
Paz de Cristo
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