Oh Cristo, en el alma,
existe una perversa e infatuada voluntad.
Nada le sacia,
en su concupiscente maldad.
Jesús, dijo: Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espiritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
A través de la Palabra me conoceréis;
y al sembrar su semilla, del erial haréis una tierra fértil.
Oh Cristo Jesús, la sombra maligna,
no nos permiten ver el disfraz del enemigo, con su oculto pecado.
Oh Espíritu, que sea tu verdad santísima,
la que nos de provisión del perfecto don sagrado.
Si tu cisma es con el mundo,
habras deshecho, del innombrable toda asechanza.
Oh Cristo, que tu gracia redima mi ser moribundo;
y sea luz de mi alma tu bienaventuranza.
La oración, ha de proyectar
nuestra salvación.
Resistid al acusador, que os impide amar,
y habréis redimido la parte pétrea del atribulado corazón.
Paz de Cristo
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