Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Tú has de saber, si eres siervo de Cristo Jesús, que le estás sirviendo en todos los actos de tu vida.
Y porque hijos de luz sois,
habréis de dar testimonio del que es Fiel y Verdadero, predicando las buenas nuevas de salvacion eterna.
En el Señor Jesucristo estamos completos;
porque si buscamos el reino de Dios y su justicia, todo lo demás nos será dado por añadidura.
Regocijaos de que vuestro nombre está escrito en los cielos,
por ser en Cristo nueva criatura.
Pon tus ojos en el Señor Jesús,
que es el autor y consumador de la fe.
Él es del mundo la luz,
y nos permite ver en el Espíritu, lo que el inconverso no ve.
Existe un barrera invisible,
qué al que no cree en el Omnipotente Redentor le es imposible traspasar.
Es un espacio inasumible,
para el que en tu nombre, oh Señor, no puede amar.
Oh Todopoderoso Salvador,
ser tu hijo es el mayor privilegio.
Y vestido con el vínculo perfecto del amor,
proclamaré hasta lo último de la tierra tu glorioso Evangelio.
Paz de Cristo
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