Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará.
La duda es irreverente ante su indefectible fidelidad.
Él en su excelsa diestra nos guardará,
por ser atalayas de la verdad.
Oh Cristo, la enjuta vereda,
propicia santificación.
Aun si a tu espíritu se le veta,
sus alas batirá elevándose con el viento de Sion.
La provisión eterna,
revelacion es del cielo.
Oh Cristo Jesús, el Espíritu de la Sagrada Palabra son los dos filos de su espada que corta y penetra,
hasta ser cumplido su sobrenatural propósito.
Las 70 veces 7 del preceptivo perdón a tu hermano, que predicó el Señor Jesucristo,
fueron una absoluta insignificancia; cuando confrontado con su abominable sacrificio en la cruz del Calvario, el Rey de reyes, dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Oh Cordero inmolado, Tú eres el único digno;
y son únicamente tus verdaderos adoradores los que sobre las tinieblas prevalecen.
Oh Omnipotente Redentor,
tu preciosa sangre derramada a los que creen e invocan tu nombre, de gracia les ha dado salvación.
Pero, para morar en tu gloria, hemos de amarnos como tu nos amaste, oh Sumo Salvador,
a través del eterno perdón.
Paz de Cristo
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