Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
Aun lo insensato del ser humano, oh Rey de reyes, se beneficia sin ningún pudor de tu creación.
No asumimos la efímera arrogancia del que se fue;
porque el engaño se multiplica exponencialmente en el corazón.
Jesús, dijo: El espíritu es el que da vida; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida; la carne para nada aprovecha.
Ímprobo es nuestro esfuerzo, por sobredimensionar los tesoros terrenales.
Has de saber, que toda vanidad se torna en endecha.
Y que el clamor espiritual se traduce en eternos bienes celestiales.
Oh Cristo Jesús, en el origen de tus hechos,
se perpetúa la perfección.
Sobrenatural es la causa efecto de los universales prodigios.
Y, oh Señor, suples sin medida nuestra precaria comprensión,
con tus grandiosos e inescrutables designios.
Pensamiento de eternidad es la Palabra,
y siempre guarda un inverosimil propósito.
En el santuario eterno, oh Sumo Hacedor, la concebiste majestuosa,
para que la gloria fuera su inexpugnable destino.
La Biblia ha sido inspirada, desde Genesis hasta Apocalipsis, por el Santo Espíritu.
Y hasta la última jota se cumplirá.
Confiamos en tu infinita misericordia, oh Todopoderoso Señor Jesucristo,
porque únicamente con el resplandor de tu luz admirable nuestra alma se salvará.
Paz de Cristo
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