¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
A los que creen en Cristo Jesús, no les sobreviene duda, ni confusión.
En el recto camino, no ha lugar lo improvisado;
todo le es de meridiana transparencia a las consagradas tablas del corazón.
La tibieza nunca ha estar en tu horizonte.
Según el texto bíblico,
has de ser frío o caliente.
Y así, del Señor serás su verdadero hijo.
En el nombre de Jesús,
como un resorte ha de ser tu decisión.
La desvirtuada fe es contraria al hijo de luz,
por ofrecer resistencia a la genuina unción.
En las pruebas, oh Señor Jesucristo,
aprecias la solemnidad e insolemnidad del alma, y el devenir de su salvación o condenación.
Ten siempre presente, que Dios pesa tu espíritu,
con sobrenatural precisión.
Nuestro Señor y Salvador,
ha hecho todo perfecto.
Es el alto y sublime que habita la eternidad. Él es amor.
Y el Soberano Creador del universo.
Paz de Cristo
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