- La Biblia enseña: Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
- con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los uno a los otros en amor,
- solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
- Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
- un Señor, una fe, un bautismo,
- un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y en todos.
- Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
- Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.
- Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
- El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
- Y él mismo constituyó a unos apostoles; a otros profetas; a otros evangelistas; a otros pastores y maestros,
- a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
- hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
- para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar, emplean con astucia las artimañas del error,
- sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
- de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
- Oh mi Cristo, sólo los que invocan tu santo nombre serán bienaventurados,
- y por lo mismo, darán gloria los que te aman con celoso fervor,
- porque Tú eres uno, oh Señor, desde la eternidad y hasta la eternidad.
- La amada Iglesia es el cuerpo de Cristo, profesandole todos sus genuinos siervos la más sublime adoración.
- Pero solo uno es el Dios Altísimo,
- el único Padre Eterno de los que son y no son santificados.
- Sin embargo, la medida de gracia a cada uno la el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
- Porque con su muerte, sepultura y resurrección venció al maligno, y como consecuencia nos redimió de todos nuestros pecados con sus eternas bendiciones.
- Y es que, el gran Yo Soy, visito a las almas en el seol para que recibieran también el nuevo pacto de la gracia.
- Y obedeciendo a tus propios designios, oh Cristo Jesús, subiste a tu celestial trono regio.
- El refrendo de sus reglas tuvieron cumplimiento constituyendo a apostoles, a profetas, a evangelistas, a pastores y a maestros,
- con el fin de perfeccionarnos, para dar testimonio en su glorioso nombre de la obra del ministerio, y poder consumar tu salvación, oh Altísimo,
- y así morar contigo, oh Sumo Redentor, en el paraíso.
- Echad fuera todo temor,
- para santificaros en el que es cabeza de la Iglesia, el Omnipotente Señor Jesucristo,
- para que en el día postrero, veamos en santidad tu bendita faz, oh Soberano Señor.
- Paz de Cristo
miércoles, 20 de noviembre de 2024
LA VERDAD ES PERPETUA EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario