Y TE HUMILLASTE HASTA LA MUERTE, Y MUERTE DE CRUZ, OH TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

• Jesús, dijo: Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
• Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
• Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
• El que es mayor de vosotros, sea vuestro siervo. 
• Porque el que se enaltece será humillado, y él que se humilla será enaltecido.
• Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino se los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
• ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 
• ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escapareis de la condenación del infierno?
• Oh mi Cristo, Tú eres el Creador de la infinita inmensidad. Y la cabeza de tu amada Iglesia; rigiendo con Majestad y Señorío, a los que en tu santo nombre creyeron para ser eternamente salvos.
• Toda la instrucción bíblica, contribuye a que améis a los demás,  y por lo mismo ser amados; pero tan sólo hay un Padre, que da dirección a vuestros fluctuantes celos.
• Y ninguno puede ejercer de forma irreprensible, oh Señor, tu sublime ministerio. 
• Porque Tú, te hiciste el mayor servidor, siendo el Rey  del universo. 
• Y tu enseñanza es meridia, oh Sumo Redentor, diciendo: Bienaventurado el pobre en espíritu, porque él será enaltecido; no así el que se enaltece, porque será aborrecido.
• Tus ayes sobre los escribas y fariseos, se ve reflejado, en lo que supusieron como tropezadero, para el que quería ser bendecido.
• Y tildaste a los fariseos en tus ayes, oh Rey de la gloria, acusandolos de ser sépticos sepulcros, obedeciendo a la impostura de su perniciosa estulticia.
• La evaluación del execrable fariseo, por parte del Altísimo Señor Jesucristo, se cifra en como evitarán el fuego del averno.
•            Paz de Cristo