- Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y los profetas;
- la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
- por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
- siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
- a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia los pecados pasados,
- con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
- ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.
- Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
- ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.
- Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.
- ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.
- Oh mi Cristo, únicamente tu justicia es la que propicia la salvación de las almas;
- porque Jesucristo es el único que justifica, con su providencial presencia,
- para proveer de su gloria, a los que habrán de ser santificados,
- al justificarlos con su piadosa redención, y sobrenatural plenitud,
- porque, oh Cordero inmolado, tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, nos dio gracia a los que de su santuario estábamos apartados,
- porque el Altísimo Señor Jesucristo, proveyó a las almas erráticas de su admirable luz.
- Las almas serán por el Sumo Redentor glorificadas, si por el Espíritu creen, lo que el espíritu inmundo no cree.
- Porque el que únicamente se salvará, es el alma que ha creido hasta el fin en Cristo Rey.
- Y es que, el que invocare el glorioso nombre de Jesús, salvo es.
- Uno es Dios, y Él nos provee del único y majestuoso perdón.
- Porque Jesucristo no vino a abrogar la ley, sino a cumplirla como auténtico siervo, siendo del universo el único Rey.
- Paz de Cristo
domingo, 24 de noviembre de 2024
ROMANOS 3:21-31 EN CRISTO
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