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viernes, 22 de noviembre de 2024

ROMANOS 1:18-25 EN CRISTO

  • Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
  • porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 
  • Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 
  • Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 
  • Profesando ser sabios, se hicieron necios,
  • y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
  • Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que  deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
  • ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 
  • Oh mi Cristo, Tú eres contrario a las aberraciones del ser inicuo, porque son la antítesis de la santidad;
  • porque no se rindieron a la sagrada luz, que a todos los abyectos pecadores redimió. 
  • Es tal tu majestuosa creación, oh Señor, que es latentemente palpable, tanto para el alma conversa, como para el paganismo del alma séptica.
  • Dando por hecho la existencia del Altísimo; el obtuso empecinamiento de los seres humanos, distorsionó lo absolutamente meridiano, para retorcerlo hasta lo más sórdido.
  • Y su precaria mente, sólo dio salida a execrables envilecimientos,
  • y al Omnipotente Señor inconmovible, lo suplieron por idolátricas estatuas aborrecibles.
  • Obedeciendo sus obscenas acciones, a toda clase de lascivias en sus inmundos encuentros,
  • ya que debido a su estulticia, profanaron el Evangelio de la gracia del Sumo Hacedor; y fueron vetados por la eternidad, para jamás traspasar el umbral del glorioso Edén.
  •             Paz de Cristo 

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