- Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;
- porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
- Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
- mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,
- en el día que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
- He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,
- y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor,
- y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
- instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.
- Oh mi Cristo, los que se santificaron en la ley, por tu excelsa diestra fueron guardados,
- y los que la pongan por obra serán bienaventurados.
- Porque la obediencia de todos los preceptos de la ley, oh Sumo Hacedor, glorificará a los que son tus auténticos hijos.
- Y es que, el fruto del Espíritu, era el aval perfecto; porque contra él no había ley, si se era fiel cumplidor de todos los preceptos.
- Y en el postrero juicio, el fiel de la sagrada balanza anunciará su transcendente veredicto.
- Oh Hijo del Hombre, en tus hijos probos, se da la condición indispensable para ser glorificados,
- porque en ellos siempre era perceptible el vínculo del amor,
- con sus radiantes e inmarcesibles teas,
- para que germinase en el contrito corazón la santidad.
- Paz de Cristo
viernes, 22 de noviembre de 2024
ROMANOS 2:12-20 EN CRISTO
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