- Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió.
- Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
- Yo y el Padre uno somos; el Hijo del Hombre, de nuevo una irrefutable analogía constató;
- y este es el sello de la indubitable doctrina de Unicidad, que ha dado origen entre los seres humanos a execrables controversias.
- La Biblia dice: Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
- En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
- Oh mi Cristo, de gracia, necesidad tiene el espiritualmente moribundo;
- pero, ¿quién enderezará lo que Dios torció?
- La Biblia enseña: A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
- Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
- Oh Santo de Israel, los que de tu majestuoso nombre desdén hicieron,
- se empecinaron en lo pernicioso del maligno; porque nunca se afirmaron en la estatura del varón perfecto, y escarnecieron hasta el extremo a los Cristocéntricamente consagrados.
- Jesús, constata: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
- Lo que es nacido de carne, carne es; y lo que es nacido de Espíritu, espíritu es.
- Oh Alto y Sublime, a tu excelsa diestra permaneceremos asidos,
- por fe y para fe.
- Jesús, enseña: No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
- El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
- Oh Alfa y Omega, toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto.
- Y estamos en el verdadero; porque Tú eres Dios manifestado en carne, oh Altísimo Señor Jesucristo.
- Jesús, asevera: Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre que está en el cielo.
- Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
- Oh gran Yo Soy, nada trascendió en tu santo nombre, a los ojos velados del ateo;
- pero porque no creyeron, serán condenados al lago de fuego y azufre. Y serán de salvación, los que han sido hacedores de tu Sagrada Palabra; y verán, oh Rey de la gloria, tu santa faz, por ser irreprensibles en santidad y obediencia.
- Paz de Cristo
lunes, 6 de diciembre de 2021
LA REITERACIÓN DE LO INSIGNIFICANTE CONSUMADO EN LA OBSCURIDAD DEL MALIGNO, SERÁ DE ABSOLUTA OPACIDAD PARA VERTE, OH CRISTO
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Gloria al nombre de Jesús que Dios te siga usando hermano querido
ResponderEliminarAmén. Dios te bendiga, hermano Jonathan.
EliminarRecuerdos a tu familia.
Un grandísimo abrazo.