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sábado, 25 de diciembre de 2021

SÉ UN ADORADOR EN CRISTO

  • Oh mi Cristo, 
  • en lo que en ti tiene apariencia de estéril, he puesto toda mi adoración. 
  • Porque hasta en la última tilde de la Sagrada Palabra, nos ofrenda verdad tu Santo Espíritu, 
  • para dar rectitud a nuestro engañoso corazón. 

  • La Biblia dice: No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro. 
  • No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; porque el  Dios de todo saber es Jehová, y a él toca el pesar las acciones.
  • Oh Sumo Creador, desbordados estamos hasta de lo más nimio que Tú has hecho;
  • porque toda tu creación emana grandiosas bendiciones. 

  • La Biblia enseña: Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 
  • Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. 
  • Oh Soberano Señor, por tu gracia somos sustentados,
  • y por tu nombre que es sobre todo nombre, guardados. 

  • La Biblia constata: Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. 
  • Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.
  • Oh Fiel y Verdadero, Tú sacias espiritualmente, nuestra sed y nuestra hambre;
  • por ser, oh Altísimo Redentor, el Rey de la gloria al que adoramos. 
  •  
  • La Biblia enfatiza: Venid, adoremos, y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. 
  • Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.
  • Oh Sumo Alfarero, a tus hijos, en tu rueda nos has moldeado con eterno amor.
  • Y porque inmerecidamente has tenido misericordia de nosotros, oh Señor, postrados estaremos a tus majestuosos pies, desde la eternidad y hasta la eternidad, con el corazón contrito y humillado. 
  •                 Paz de Cristo 

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