- Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
- Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
- Oh mi Cristo, mientras que en el mundo prima la indecencia;
- no son, sino tus genuinos hijos, los que siguen con regocijo tus sagradas e indelebles huellas.
- Oh Soberano Redentor,
- hemos crucificado la carne en tu santo nombre, para ser tus dignos heraldos.
- Porque, oh Altísimo Señor,
- nos diste gracia con tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, y nos revestiste de santidad, a los que en el día postrero habremos de traspasar el umbral de los bienaventurados.
- Oh Santo de Israel,
- derrama con premura la sabiduría de lo alto en nuestros desvalidos corazones.
- Y sobredimensiónanos la fe,
- para que sobreabunden en nuestra vida, oh Rey de reyes, tus grandiosas bendiciones.
- Oh Señor Omnipotente,
- sé la inexpugnable fortaleza en el devenir de tus siervos.
- Y presérvanos del maligno indolente,
- que quiere someternos con su obscura asechanza al yugo de los irreverentemente perversos.
- Oh Fiel y Verdadero,
- guárdanos de toda injerencia que provenga del pozo hediondo.
- Y danos de tu luz admirable, oh Sumo Alfarero,
- para que sea tu santísima verdad, la que nos moldee dándonos gloria en la forma y en el fondo.
- Paz de Cristo
martes, 7 de diciembre de 2021
PROVERBIOS 3:5-7 EN CRISTO
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Amen amen Gloria a Dios
ResponderEliminarAmén. Dios te bendiga, hermano Jonathan.
EliminarUn fuerte abrazo.