- Oh Cordero inmolado,
- en la cruz del Calvario, sufriste a los viles escarnecedores, y laceraron tu cuerpo sin compasión, oh Cristo Jesús, hasta darte muerte.
- Oh mi Cristo, nadie traspasará la celestial puerta del bienaventurado,
- si ha mostrado indiferencia y tibieza para creerte.
- La Biblia dice: Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
- De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
- Oh Soberano Redentor, tu sangre preciosa derramada en la cruz del Calvario, hizo el nuevo pacto de la gracia,
- para todo el que se postre a tus pies con el corazón contrito y humillado.
- La Biblia enseña: Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de la salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
- A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo, la sabiduría de lo alto derramaste sobre tus verdaderos siervos,
- para que fueran de tu gloria eternos moradores.
- La Biblia constata: Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
- Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
- Oh Alfa y Omega, todos lo que en ti han creído, tu majestuoso nombre bendecirán;
- porque en tu excelsa diestra se han guardado.
- La Biblia enfatiza: Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
- El Señor no retarda su promesa, según algunos tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
- Oh Fiel y Verdadero, salvo será indefectiblemente el que en ti se gloría;
- porque Tú eres el único Salvador, oh Padre Eterno.
- Paz de Cristo
jueves, 30 de diciembre de 2021
SED SALVOS EN CRISTO
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