- La Biblia dice: Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote todos son engañadores.
- Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.
- ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová.
- Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestras almas. Mas dijeron: No andaremos.
- Puse también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad el sonido de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos.
- Oh mi Cristo, el abismo está preservando sus sépticos hedores;
- y les apartó del precepto bíblico su desmesurada veleidad.
- La misericordia del Altísimo, de su agravio les rescatará.
- Y andarán por los caminos eternos.
- Y oirán, oh Señor, lo que dicen tus verdaderos siervos.
- Oh Cristo Redentor,
- en el que ha interiorizado y se conmueve por tu sacrificio en la cruz del Calvario, sólo puede estar concernido por una inusitada piedad.
- Y sin embargo, se postula con el desamor,
- y también la insolemnidad.
- Oh Sumo Alfarero,
- a todos los seres humanos nos diste la misma sangre, y nos hiciste del mismo barro.
- ¡Y pusiste un espíritu nuevo,
- en el que ha anhelado ser tu esclavo!
- Oh Cristo Altísimo,
- tus misericordias nos alcanzan, cuando el resplandor de nuestras almas obedece al día perfecto.
- Y, oh Rey de reyes, tu ofrenda de mayor piedad, ha sido la libertad de entrar, a cualquier hora, en el Lugar Santísimo.
- Y con humillación a tus sagrados pies, oh Rey de la gloria, quebrantar nuestro espíritu, alma y cuerpo.
- Oh Alfa y Omega,
- ten piedad de los denodados siervos, que testificamos en tu majestuoso nombre.
- Porque hasta lo último de la tierra predicamos que Tú eres nuestro único Dios,
- oh Hijo del Hombre.
- Paz de Cristo
martes, 18 de abril de 2023
EL ALMA ENTENEBRECIDA DEL SÉPTICO, LE IMPIDE VER LA RADIANTE LUZ DE TU GLORIA, OH CRISTO
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