TU ASIGNACIÓN ESPIRITUAL, DETERMINA QUE TÚ ERES UN HERALDO EN CRISTO

• La Biblia dice: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 
• Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 
• Así que yo, de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como a quien golpea el aire, 
• sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
• Oh mi Cristo, la convicción  de pecado ha de ser propia de vuestra actitud en la predicación; pero si de esto alardeáis, 
• vuestra humildad estará en claro declive.
• Qué la exhortación siempre sea honorable,
• para dar ejemplaridad del que se regocija santificado.
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• Oh Hijo del Hombre, 
• un palmo a nuestra estatura habremos de añadir, para desterrar de nosotros la carnalidad.
• Y es que, el que cree fervientemente en tu majestuoso nombre, 
• ha dado el más grandioso paso, para poner por obra la única y perfecta verdad. 
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• Oh Santo de Israel, 
• tu ministerio público estuvo inserto, 
• en el fariseismo fanático de letalidad más cruel,
• cuya vileza provenía del abominable infierno.
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• Oh Rey de reyes, 
• el tesorero, 
• asignado entre tus discípulos, fue el que con su traición produjo los tristísimos ayes;
• porque la codicia de su séptico corazón, tuvo ilimitado amor al dinero.
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• Oh Altísimo Jesucristo, 
• tus genuinos heraldos están diseminados a lo largo y ancho de toda la tierra.
•  Y lo único que mueve su espíritu, 
• es la imarcesible adoración al Dios Soberano el Alfa y la Omega. 
•                  Paz de Cristo