EL FRUTO DEL ESPÍRITU, TRANSFORMA LA BLASFEMIA EN SANTIDAD, OH CRISTO

• La Biblia enseña: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
• Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 
• Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 
• Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
• idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 
• envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 
• Oh mi Cristo, en tu sacrificio de cruz infame,
• se dieron cita los homicidas más suigéneris. 
• Pero Tú, oh Sumo Rey, 
• los perdonaste sus perfidias 
• y cobardía;
• para ser por el don de la fe, otrora santificados.
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• Oh Cristo Jesús, 
• tu gloriosa redención en tu muerte, 
• y muerte de cruz.
• Nunca ha sido suficientemente asumida por la humanidad,
• para poder en tu santo nombre, oh Rey de reyes, en el día postrero salvarse.
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• Oh Santo, 
• a los inicuos nos ofrendaste el más grandioso diamante, que es tu eternidad.
• Pero la inercia del ser humano, 
•  le ha llevado sin remisión a la vana necedad.
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• Oh Eterno, 
• la elección está servida:
• o del cielo, o del infierno,
• será nuestra alma revestida. 
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• La Biblia constata: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
• mansedumbre, templanza; contra estas cosas no hay ley.
• Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 
• Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
• Oh gran Yo Soy, al que en tu majestuoso nombre cree,
• nada le impedirá en santidad, ver al Omnipotente Rey.
• Y estos son tus genuinos siervos, 
• porque sólo ellos morarán en tu sobrenatural gloria, oh Altísimo Señor Jesucristo.
•                 Paz de Cristo