- Jesús, dijo: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzaran misericordia.
- Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
- Oh mi Cristo, nada obró fuera de tu excelsa diestra, al clarear la mañana de aquel día de gloria;
- y fuimos por tu bendita sangre lavados.
- Oh Cristo Jesús,
- extrema importancia tiene la revelación de tu santo nombre.
- Pero no descuidemos, el ser revestidos durante todo el tiempo de nuestra vida por tu majestuosa luz;
- porque si hacemos desdén de esta sobrenatural práctica, nos distanciaremos irremisiblemente del Hijo del Hombre.
- Oh Santo de Israel,
- si el que dice que es tu siervo,
- sigue viendo como la humanidad ve,
- es porque su corazón no ha sido ungido por el primoroso cielo.
- La Biblia dice: Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
- Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
- Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra desapareció.
- Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio de ellos.
- Oh Fiel y Verdadero, en un glorioso de repente,
- su séptica enfermedad sanaste.
- Y se hizo tersa su piel, cuando tu mano sanadora le glorificó.
- En todos tus milagros, oh Rey de reyes, se hizo manifiesta la gloria de los benditos cielos.
- Oh Alto y Sublime,
- en lo que parece irrecuperable, vemos como sanaba con gran premura tu excelsa diestra.
- Y la excelencia, oh Eterno, de que el milagro en tu gracia se afirme,
- nos ha hecho ser tus verdaderos heraldos en esta tierra.
- Paz de Cristo
jueves, 13 de abril de 2023
HABRÉIS DE RESISTIR A LO INMUNDO, PARA GLORIFICAROS EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario