EL MALIGNO HA DISTORSIONADO LA SANA DOCTRINA EN CRISTO

• Jesús, dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento?
• ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
• Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 
• Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
• Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre. 
• Oh mi Cristo, sólo tu bíblico precepto,
• es de la sana doctrina.
• Y no hay otro sobrenatural mimbre,
• que nos levante con sus majestuosas glorias;
• sino el eterno conocimiento, dado por el Hijo del hombre. 
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• Jesús, enseña: ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no conocéis mi palabra.
• Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. 
• Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. 
• ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis.
• El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
• Oh Santo de Israel, el que de verdad te ama,
• no te respondería con una falaz diatriba. 
• Pero la impostura del fariseo trataba de que no reflexionaréis,
• para que de su abominación participaréis;
• y que por compartir sus mentiras, fuereis en el día postrero condenados.
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• Oh Santo, 
• nada es tan meridiano como escudriñar la Sagrada Escritura. 
• Y al profesar la sabiduría de lo alto, 
• serás en Cristo una nueva criatura. 
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• Oh Eterno, 
• con tus principios bíblicos fui santificado.
• Y creí en la eternidad del cielo,
• para perseverar hasta el fin.
• Y con el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, poder morar en la gloria del siervo aprobado. 
•              Paz de Cristo