LA ÚNICA Y PERFECTA JUSTICIA ES EN CRISTO

• Jesús, dijo: No juzguéis, para que no seáis juzgados. 
• Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
• ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
• ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
• ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
• No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
• Oh mi Cristo, a cada uno de tus siervos bienaventurados, 
• con tu gracia, primeramente le has bendecido.
• Y para que no se extravíe del camino el que está cojo,
• has hecho que tenga convicción sobre el pecado suyo.
• Porque muchos de los que estuvieron cautivos en lo mundano;
• ahora, postrados a los pies del Omnipotente amanecen.
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• O Fiel y Verdadero,
• Tú nos has provisto de la Sagrada Palabra, para reconocer que eres el único y Todopoderoso Señor y Salvador. 
• Y es que sin la verdad que trajiste del cielo,
• no tenemos el grandioso privilegio de dar amor.
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• Oh Rey de reyes y Señor de señores,
• no existe nada más inconmensurable, 
• que tus misericordias y favores;
• porque nunca seremos seducidos, por ninguna vileza infame.
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• Oh Santo, 
• guárdanos de todo lo que no te dé gloria y honra.
• Y permítenos andar por tu camino de facto,
• a los que anhelamos tu excelsa gloria.
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• Oh Rey de la gloria, 
• el valor que hemos dado a tus sublimes prodigios es ínfimo. 
• Y es necesario, para llegar a la final victoria, 
• amarte con ilimitado celo, oh Señor Altísimo. 
•               Paz de Cristo