- La Biblia dice: Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
- Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.
- Oh mi Cristo, por gracia diste en la cruz de Calvario, tu majestuoso perdón a la vil ofensa del despiadado impostor;
- y esta es la esencia de tu redención, oh Cordero inmolado.
- Oh Cristo Jesús,
- en la adoración de tus falsos siervos, existe un manual de hipocresía.
- Porque la obscuridad, siempre es la antítesis de la luz;
- pero de la impostura de su manejo, el farisaico adorador se fía.
- Oh Hijo del Hombre,
- nada ha de interrumpir en tus siervos su postrada adoración.
- Y es que, en el secreto, oh Señor, glorificamos tu santo nombre,
- con la más atronadora invocación.
- Oh Alto y Sublime,
- advertimos que en la carne, se tiene un tiempo exiguo para profesarte adoración, pero se multiplica geométricamente en el fervor de nuestro espíritu;
- porque en sus mimbres se ha de estar firme.
- Y es que, en la carnal humanidad se dirime fatuamente, si vinculan su adoración a los ídolos o al Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
- Oh Alfa y Omega,
- la adoración no precisa de ningún espacio.
- Porque, oh Rey de reyes, Tú nos enseñaste a ir por la angosta senda,
- que nos permitirá abrir la puerta del eterno santuario.
- Paz de Cristo
miércoles, 12 de abril de 2023
LA PERFECTA ADORACIÓN ES EN EL ESPÍRITU, NO EN LA CARNE, OH CRISTO
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