Powered By Blogger

lunes, 10 de abril de 2023

TODO MI SER SE CONSUMA EN CRISTO

  • Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
  • El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 
  • Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida.
  • El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 
  • Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él vivirá por mí. 
  • Éste es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.
  • Oh mi Cristo, nada obra fuera de tus caminos;
  • y los tales, a tus auténticos siervos han de llevar al cielo. 
  • Y es que, de gracia recibida,
  • tenéis el don de la fe.
  • Yo soy el primero y el último, el principio y el fin;
  • y os he dado a conocer, los preceptos eternos biblicamente.
  •  
  • Oh Cristo Altísimo, 
  • de tu santuario partimos y a tu santuario volveremos;
  • pero antes, hemos de quebrantar nuestro espíritu en el Lugar Santísimo. 
  • Y por tu gran misericordia, oh Señor, nuestra alma verá tu santa faz en los inefables cielos. 

  • Oh Sumo Alfarero, 
  • la opacidad en nuestra mirada, se cura con tu majestuosa luz.
  • Y tuviste que moldear en tu sobrenatural rueda, oh Rey de reyes, al que fue en tu glorioso nombre un siervo nuevo.
  • Nada le fue impedimento,  para predicar sin desmayo la sana doctrina; y ser hacedor de la misma, inquiriendo en la Sagrada Palabra, con celosa e inquebrantable actitud. 

  • Oh Alto y Sublime, 
  • guárdame en la paz de tu primoroso regazo.
  • Y advertiré con máximo rigor, no distorsionar de la Escritura, ni una jota ni una tilde; 
  • para dar a conocer su eterno conocimiento, al que quiera ser un probo santo.

  • La Biblia dice: Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
  • Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 
  • Acerquémonos, pues,  confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. 
  • Oh Cristo Redentor, Tú me has amado de todo tu corazón, 
  • para que en el día postrero sea bienaventurado.
  • Pero para tal gracia, se ha de consumar todo mi ser, peregrinando a la nueva Jerusalén; y con un cuerpo glorificado, pasear por su calles de purísimo oro.
  •               Paz de Cristo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario