ÚNICAMENTE EL QUE PONE POR OBRA LA PERMANENTE ADORACIÓN, ES EL QUE TE AMA, OH CRISTO

• Jesús les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores;
• mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.
• Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
• Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
• para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel. 
• Oh mi Cristo, grandiosas son tus bendiciones, 
• pero para interiorizarlas hay que tener fe.
• Y es que, todo siervo que verdaderamente, 
• persevere hasta el fin,
• es porque indubitablemente a adorado al Santo de Israel. 
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• Oh Rey de reyes, sirve en tu santo nombre,
• el que te ama de todo su corazón. 
• Pero lo que se hace sin amor de nada sirve, oh Hijo del Hombre, 
• porque no te hemos profesado auténtica adoración. 
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• Oh Sumo Alfarero, 
• la santidad solo se alcanza cuando somos pobres en espíritu.
• Sabiendo que el único que te sustenta es el que vive en el cielo,
• nuestro Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo. 
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• Oh Sumo Redentor, 
• tu sacrificio en la cruz del Calvario, fue a sabiendas de que éramos pecadores.
• Y Tú, oh Señor,
• lo aceptaste con las más sobrenaturales bendiciones  
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• Oh Rey de la gloria,
• en tu ministerio público, 
• las hordas farisaicas, siempre vieron cabos sin atar en tu gloriosa victoria;
• y es que, nunca entendieron, que solo a ti, oh Alfa y Omega, tenían que amarte por ser el Omnipotente Dios único.
•               Paz de Cristo