PREDICA CON DENUEDO LA SANA DOCTRINA DE UNICIDAD, PARA QUE LE SEA REVELADO AL MUNDO EL MAJESTUOSO NOMBRE DEL OMNIPOTENTE SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

• Jesús, dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 
• El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. 
• Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 
• Mas el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
• La paz os dejo, mi paz os doy; yo no la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
• Oh mi Cristo, tu grandioso don de la fe, 
• radiante en nuestra vida se manifestó.
• Y gracias te damos, 
• porque tu clemencia en el Lugar Santísimo, 
• nos ha dado gracia para reconciliarnos con el Eterno.
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• Oh Cristo Redentor,
• del suceso mayor de la historia, fuiste protagonista en la cruz del Calvario. 
• Y es que, jamás hubo tanto amor,
• del único y gran Dios que murió y resucitó, para darnos eterna vida en el celestial santuario.
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• La Biblia dice: Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual vino a ser cabeza del ángulo. 
• Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. 
• Oh Santo, Santo, Santo, nunca hiciste un mal gesto, todo el martirio lo sufriste en la patética infamia y arbitraria indignidad del que es el Rey de reyes y Señores de señores, como acusado hereje, condenado en el patíbulo;
• para ser de salvación, a los abyectos sanguinarios y criminales malvados.
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• Oh Hijo del Hombre, 
• hasta en la mas gloriosa, y protagónica resurrección, no falto toda capciosa mentira, e incredulidad. 
• Pero, oh Señor, por ser tu nombre sobre todo nombre; 
• hoy, tus genuinos siervos testificamos de la única y santísima verdad. 
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• Jesús, asevera: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
• Y amarás al Señor tu Dios con  todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Éste es el principal mandamiento. 
• Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.
• Todo siervo auténtico,  de la doctrina de Unicidad da fe.
• Y porque sólo hay un Fundamento,
• ante Él estaremos por la eternidad postrados sus genuinos siervos. 
•                    Paz de Cristo