CIMIÉNTAME EN TU VERDAD, OH CRISTO

Cimiéntame en la sana doctrina, oh Altísimo,
para predicar el conocimiento de la verdad.
Y lo cojo no se saldrá del camino,
preservado en la genuina santidad.

Estad atentos al maligno en su asechanza;
y si le resistid con longanimidad el diablo huirá.
Porque la suya, siempre es una letal amenaza;
y un veneno que de la fe os apartará.

No te precipites en la inmunda penumbra, 
porque la inercia te envolverá en la inicua perversidad.
Has de tomar, en Cristo, inmediata distancia, 
para que te purifique su eterna piedad.

El Santo Espíritu, 
nunca te permitirá transgredir el candor de la inocencia. 
Oh Señor Jesucristo, 
protégeme de todo mal, con la admirable luz de tu presencia.

Oh Alto y Sublime,
asido a tu poder estoy seguro.
Y en tu gracia he de estar firme,
para vencer con la Palabra, a la execrable sordidez del Seol, yermo y obscuro.
                       Paz de Cristo