Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Porque a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Y de lo alto toda buena dádiva descenderá,
a los que te ofrenden con gran reverencia, oh Señor, benditas loas.
Oh Cristo Jesú, cumpliré conforme a tu Palabra,
la misión que me has encomendado.
Porque de la tormenta ignominiosa,
por el poder de tu gloriosa diestra he sido libertado.
Oh Señor Jesucristo,
predicaré solemnemente la verdad hasta lo último de la tierra.
Y llevado por el Santo Espíritu,
tendré un celo irreprensible en que toda alma se convierta.
Oh Fiel y Verdadero, Tú pruebas la valentía y perseverancia de tus discípulos,
con los indelebles pasos que han hollado la angosta vereda.
Y conciernes celestial valor, a los que en tu nombre, oh Señor Jesús, transformaron a los perdidos,
en incorruptibles almas de la salvación postrera.
Oh Rey de reyes, el que no da su vida por ti, no es digno de seguirte.
¡Basta ya del farisaico fingimiento!
Y es que, ante el tribunal de Cristo, no podrás encubrirte;
porque Él conoce hasta tu más íntimo pensamiento.
Paz de Cristo
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