Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.
En la vida y en la muerte, oh Cristo Jesús, el corazón pesarás en tu perfecta balanza.
En ti, oh Señor, todo es infalible;
nada soslayará tu bienaventuranza.
Oh Señor Jesucristo, Tú eres el Justo.
El Creador de los cielos y la tierra.
Dirige inexorablemente mis pasos hacia el eterno paraíso;
y mis ojos verán con regocijo tu rostro, oh Rey de la gloria.
No permitas, oh Rey de reyes,
que pierda tu grandiosa salvación.
Pruébame para volver en sí; y a través de tu sabiduría valore tus excelsos bienes,
que me han guardado día y noche con su primorosa protección.
Tú, oh Señor de señores, has derramado una desmedida bendición sobre mi existencia,
aun en mi más absoluta necedad.
Ahora sé, oh Altísimo, que era tu excelencia,
la que me anunciaba con persistencia la genuina verdad.
Y clamarás al Sumo Salvador,
para hollar la senda de eternidad.
Sé receptivo a toda manifestación de amor,
y habras alcanzado la anhelada santidad.
Paz de Cristo
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