Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
Oh gran Yo soy, Tú eres el Alfa y la Omega, y el que preexite en el principio.
En tu reposo has de guardarnos,
para en la eterna morada ver tu rostro, oh Altísimo.
¡Gracias, mi Cristo Redentor!
En el misterio eterno te despojaste de tu corona regia, para ser el mayor siervo.
¡Dios es amor!
Y en la cruz del Calvario, oh Cordero inmolado, con tu majestuosa sangre derramada hasta la muerte se hizo manifiesto.
La Biblia dice: E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los angeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.
Oh Cristo Jesús, Tú eres la verdad.
Y en la bienaventurada esperanza anhelamos fervientemente la final victoria.
Jesús, dijo: Yo soy el primero y el ultimo; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo la llave de la muerte y del Hades.
Oh Rey de reyes, la muerte no te pudo retener; porque Tú pones tu vida y la vuelves a tomar.
Y al tercer día el templo reconstruiste, oh Señor de señores;
para a la Sagrada Escritura, ineludible cumplimiento dar.
Oh Alto y Sublime, Tú habitas la eternidad.
Únicamente en ti confío, oh Omnipotente Salvador.
Y sé que he de ceñirme de santidad,
para vivir en el glorioso templo de tu loor.
Paz de Cristo
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