Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.
De tu grandiosa provisión, oh Todopoderoso Jesucristo, la fatua humanidad ha hecho desdén.
¿Habrá algo imposible para el Eterno y Fiel?
¿No será que al ser humano le sobrevino una gran dificultad, y no tuvo sabiduria para reconocer la inusitada belleza del Edén?
La Biblia dice: Qué sin fe es imposible agradar a Dios.
Y también: El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Sin embargo, oh Rey de la gloria, por ti seremos bendecidos;
si en la Sagrada Escritura escudriñáramos, para ser genuinamente libres, la sublime verdad que precisa el alma moribunda.
Existe un vallado espiritual,
que se edifica con la argamasa del conocimiento bíblico.
Y no hay brecha que no cierre el poder celestial,
sino con la sutura de lo bendito.
Aun la Palabra te redarguye diciendo: Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia.
Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma, a fin de que vivas.
Resplandecerás en su luz admirable como el mediodía.
Y únicamente por tu santa voluntad, oh Rey de reyes y Señor de señores, de la vergüenza y confusión por la eternidad; de gracia me librará el refulgente candor de tus alas santísimas.
Y el alma arrebatada será de salvación,
oh Cordero inmolado, por tu perfecta obra en la cruz del Calvario.
Y es que, el majestuoso perdón,
oh Padre eterno, desde antes de la fundación del mundo, lo guarda con ilimitado celo el misterio de tu excelso santuario.
Paz de Cristo
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