ha de revertir en el cumplimiento del propósito eterno.
Y por la unción del Santo Espíritu,
nos aseguramos abrir la puerta del cielo.
Ciñe de amor todas tus acciones,
de lo contrario serán infructuosas.
Oh Rey de reyes, mi confianza absoluta está en tus bendiciones,
para allanar las montañas que se erigen maliciosas.
Demos siempre la gloria al Señor;
porque la exigua duda, a su Espíritu contrista.
Y es que, en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor,
dice la Biblia.
Los niveles del amor profesado,
para el ser humano no cuantifican su medida.
Pero has de predicar el Evangelio con un esfuerzo denodado;
y hacer permeable en las almas, el conocimiento de su grandiosa sabiduría.
El eco de la onda Cristocéntrica se oye hasta el infinito;
porque todo es posible en el Omnipotente Salvador.
Y anhelamos la final victoria sin más dudas, oh Rey de la gloria, porque en ti todo es propicio,
por la santísima gracia de tu amor.
Paz de Cristo
Y por la unción del Santo Espíritu,
nos aseguramos abrir la puerta del cielo.
Ciñe de amor todas tus acciones,
de lo contrario serán infructuosas.
Oh Rey de reyes, mi confianza absoluta está en tus bendiciones,
para allanar las montañas que se erigen maliciosas.
Demos siempre la gloria al Señor;
porque la exigua duda, a su Espíritu contrista.
Y es que, en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor,
dice la Biblia.
Los niveles del amor profesado,
para el ser humano no cuantifican su medida.
Pero has de predicar el Evangelio con un esfuerzo denodado;
y hacer permeable en las almas, el conocimiento de su grandiosa sabiduría.
El eco de la onda Cristocéntrica se oye hasta el infinito;
porque todo es posible en el Omnipotente Salvador.
Y anhelamos la final victoria sin más dudas, oh Rey de la gloria, porque en ti todo es propicio,
por la santísima gracia de tu amor.
Paz de Cristo
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