¿DEPENDEMOS ABSOLUTAMENTE DE TI, OH CRISTO?

¡Sí, asumo que dependo totalmente de ti, oh Omnipotente Redentor!
¡Oh Señor Jesús, tu nombre es sobre todo nombre!
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos; porque Dios es amor.
Y te está dando la grandiosa oportunidad de conocer la única e indubitable verdad, del que es el unigénito Hijo del Eterno y Soberano Padre.

Nada ha sido hecho sin el poder del Todopoderoso Señor Jesucristo. 
Él es nuestro Creador. 
En el día de Pentecostés, lenguas como de fuego se derramaron de su Santo Espíritu; 
y fundó la amada Iglesia, de la cual es el unico y suficiente Salvador.

Don perfecto es la sabiduría de lo alto,
que nos da provisión del Espíritu. 
Y es de facto, 
la luz admirable de nuestro Señor Jesucristo. 

Una sola célula del alma viviente, 
es el ignoto universo en nuestro cuerpo, al ser hijo del Rey de reyes, y templo del Espíritu Santo.
Tú, oh hijo de hombre, eres la obra maestra más resplandeciente;
y recibes con irreverencia la santísima gracia del Cordero inmolado.

¡Basta de ser sepulcros blanqueados!
Asume que dependes del Fiel y Verdadero. 
Y a los pies del Rey de la gloria, hemos de estar eternamente postrados, 
para ser salvos en el día postrero.
                 Paz de Cristo