Powered By Blogger

domingo, 9 de febrero de 2020

MI ETERNO FIN ES VER TU ROSTRO, OH CRISTO

Fija la mirada en tu interior,
y mengua hasta la ínfima expresión.
Di basta al desamor,
en el que vive tu indiferente corazón.

Si has creido alguna vez que estás en el camino de perfección, 
es porque te ha hecho un llamado el Altísimo.
Y habrás de hacer una gran prospección,
en lo que no te doblega el Santo Espíritu.

Qué el Cordero inmolado te de entendimiento,
para sentir en lo profundo de tu alma su vil sacrificio. 
Su preciosa sangre la derramó con la piedad del perdón; y en la bondad de todo su pronunciamiento,
siempre hubo un sublime regocijo.

Leerás la Sagrada Palabra,
contemplando en cada pasaje la infalibilidad de lo eterno.
Y si puedes encontrar la verdadera y majestuosa revelación de que Jesús te ama, 
verás escrito tu nombre en el cielo.

A partir de este momento has de vivir en Cristo Jesús,
con la incorruptible solemnidad de ser su heraldo.
Y ver por fe en su sobrenatural luz,
para llenarte de la gracia del bienaventurado.
                          Paz de Cristo 

















No hay comentarios:

Publicar un comentario