No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.
Jesús, dijo: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
En toda vicisitud hemos de ser, oh Señor, tus perfectos discípulos.
Y predicar hasta lo último de la tierra tu eterna Palabra.
La paz de Cristo,
habrá de ser el ineludible saludo en cada lugar de visitación.
Y lo que de gracia recibisteis del Santo Espíritu,
dad de gracia con todo vuestro corazón.
Poneos el yelmo de salvación y la coraza de justicia,
para no caer en la asechanza del diablo.
La contienda sume al necio en la inmundicia;
y se involucra en su sordidez, el que es esclavo del pecado.
Invocad el nombre de Jesús,
ante la obscura concupiscencia.
Y el cielo derramará su majestuosa luz,
para que en las almas, oh Rey de reyes, respladezca el poder de la sagrada excelencia.
Paz de Cristo
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