- Tú, oh mi Cristo, en todas y cada una de las pruebas,
- reviertes una indeleble bendición sobre nuestra vida espiritual.
- Y así, a nuestra contumaz alma doblegas,
- dándole la verdadera percepción de la senda celestial.
- La Biblia dice: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
- Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
- Al autor de la fe, nuestro Todopoderoso Señor Jesucristo, nos será con su gracia más fácil aproximarnos;
- y al fin morar en la gloria del bienaventurado.
- Jesús, dijo: Mi poder se perfecciona en la debilidad.
- Dios nunca se equivoca; y sabe, que a su siervo la prueba le hace menguar, para que reconozca en el Santo de Israel, que es el Soberano de la creación.
- Y es que, para que holles la gloriosa eternidad,
- ha de purificar todo oprobio de tu corazón.
- Nada es comparable a regocijarse en el Altísimo Señor y Salvador Jesucristo.
- El gozo en la prueba lo asume el hijo de Dios, porque perfecciona con ella la obsolescencia de su alma.
- Y únicamente el galardón del Santo Espíritu,
- lo recibirá, oh Señor, el que verdaderamente te ama.
- ¡Guárdanos en la prueba, oh Rey de la gloria!
- Sabemos que ante las tinieblas, prevalece tu majestuosa luz.
- Y aseveras en la Sagrada Palabra, que para siempre es tu misericordia.
- No nos sueltes de tu mano, desde la eternidad y hasta la eternidad, oh mi Señor Jesús.
- Paz de Cristo
jueves, 5 de noviembre de 2020
GUÁRDANOS EN EL DÍA DE LA PRUEBA, OH CRISTO
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