- Oh Altísimo Señor Jesucristo,
- Tú redimiste y justificaste todos nuestros pecados en el abominable sacrificio de la cruz del Calvario.
- La justicia eterna nos ha sido dada por tu Santo Espíritu;
- y todo aconteció, desde antes de la fundación del mundo, en el misterioso designio del celestial santuario.
- Oh Cordero inmolado, tu abnegada resignación en el ignominioso y lacerante martirio sobre tu sagrado e indefenso cuerpo;
- no te hizo sucumbir, ante la mayor barbarie cometida en la historia de la humanidad.
- Y destruyeron, oh Señor, tu santísimo templo;
- pero al tercer día lo reconstruiste, según consta escrito en la bíblica verdad.
- Lucha con la intrepidez del valiente, y no te lleves a engaño.
- El Rey de la gloria, se erigió en su sobrenatural resurrección victorioso sobre la muerte.
- Y el Eterno, de las ovejas que llamó, ha escogido a las que se consagraron de su rebaño,
- por ser almas ungidas por el Padre Omnipotente.
- La Biblia dice: Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.
- Nuestra pretensión ha de ser incontrovertible, en ofrendarle lo mejor de nuestras vidas al Santo de Israel.
- La tibieza no agrada al Sumo Creador, que merece lo más solemne;
- has de serle cada segundo de tu vida indefectiblemente fiel.
- Jesús, aseveró: Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
- Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
- Oh Fiel y Verdadero, con tu Sagrada Palabra nos has sido en todo propicio;
- pero el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, es galardonador de los que le buscan, de los que buscan su rostro,
- para ser en su eterna gloria el siervo bienaventurado.
- Paz de Cristo
sábado, 7 de noviembre de 2020
NO HAY JUSTICIA, SINO EN CRISTO
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