PROVERBIOS 6:16-19 EN CRISTO

• Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.
• No encontrarás, sino el mayor abismo de obscuridad en el enemigo.
• Oh mi Cristo, derrama sabiduría de lo alto en los que estan alienados,
• para que puedan conocer la verdad del Santo Espíritu. 
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• La altivez es el recurso de los necios;
• porque desprecian su precaria inteligencia. 
• Oh Rey de reyes, descárgales del lastre en el que están presos,
• y libres vivirán en la santa excelencia. 
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• La mentira se postula como la que más desvirtúa a la humanidad, 
• por ser perniciosa hasta el extemo.
• Es la antítesis de la verdad,
• y te condenará sin remisión al infierno. 
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• El homicida, reprobado es, oh Señor, 
• al derramar la sangre de un inocente.
• Y al cortar la vida ajena, le perseguirá la sombra del deshonor,
• por haber apagado la luz de un ser, que le obscurecerá la mente.

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• La Biblia dice: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
• Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
• Su pensamiento e intención; ¿quién lo esperará?
• Nadie, excepto Dios, sabe sus veleidades misteriosas.
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• El diablo, con sus insidias, concierne al hombre a la repentina e inopinada maldad;
• mimetizándose en el entorno.
• Y ha lugar, oh Alto y Sublime, en su entenebrecida maldad, 
• a asolar tu celestial tesoro.
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• Oh Altísimo Señor y Salvador Jesucristo, 
• ignominioso hasta lo sumo es encubrir a otro como falso testigo.
• Y es que, la obscenidad de acusar con la mentira al pobre de espíritu, 
• te lleva al resbaladero del precipicio.
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• La Biblia enseña: No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.
• Jesús, dijo: Mi poder se perfecciona en la debilidad. 
• Si anhelamos traspasar el umbral de los cielos,
• hemos de guardarnos en la perfecta humildad.
•                       Paz de Cristo