- Oh Altísimo Señor Jesucristo,
- sé que todas tus bendiciones me alcanzan en mi diario vivir.
- Derramadas son por el Santo Espíritu,
- con una fidelidad que es imposible no percibir.
- Oh Cristo Jesús,
- prodigiosa es tu bendicion.
- Tal es su majestuosa luz,
- que nuestra obscura vida, oh Cordero inmolado, fue transformada en límpida luz resplandeciente con tu preciosa sangre derramada en la ignominiosa crucifixión del Calvario, dándonos la majestuosa gracia del perdón.
- La unción proviene de lo alto;
- y al que busca tu rostro, oh Señor, se la das en abundancia.
- No existe mayor galardón, oh Altísimo Señor Jesucristo, que ser salvo;
- y traspasar el umbral de la gloria, para deleitarse en su eterna substancia.
- No habrá límites en la bendicion del Alfa y la Omega;
- y será recibida por el sediento ser humano, que anhele beber gratuitamente del eterno santuario.
- Porque la vida eterna, oh gran Dios, en tus siervos se sustenta,
- comiendo la carne y bebiendo la sangre del Hijo del Hombre, que venció al imperio de la muerte con su muerte en la cruz del monte Calvario.
- La salvación del alma está limitada, porque en su humanidad se ve sometida a la ególatra perdición.
- Oh Cristo Jesús, haz que por el poder de tu Palabra sea bendecida,
- y morará en el reposo de tu santísima unción.
- Paz de Cristo
sábado, 21 de noviembre de 2020
TU BENDICIÓN ES ILIMITADA EN CRISTO
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