Oh Cristo, la asincronía con el texto biblico,
nos conduce al abismo de la necedad.
Al movernos en el concepto prosaico,
abrimos el portón de la vanidad.
Oh Cristo Jesús, el arrepentido en tu Nombre,
murió contigo en la inmersión bautismal.
Ya nada obedece a la carne,
sino al Espíritu de resurrección celestial.
Oh Señor Jesucristo, el corazón circunciso,
irradia tu eterna luz.
El fruto del Espíritu es profuso,
al alcanzar la estatura del varón perfecto en plenitud.
Oh Rey de la gloria, el Espíritu es vida.
Y ser solícito al pecado, condenacion de muerte.
Al que el Señor ama disciplina,
y en su Palabra permanece.
Sed hacedores de la Sagrada Escritura,
y conoceréis la verdad.
Me transformaste en nueva criatura,
para que en tu Espíritu, oh Redentor, me regocijase en la perfecta libertad.
Paz de Cristo
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