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lunes, 24 de agosto de 2020

JEREMÍAS 33:6 EN CRISTO

  • He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. 
  • Tú conocés, oh mi Cristo,
  • nuestra extrema precariedad.
  • Inclina tu oído, para oír la incesante plegaria que con gran aflicción elevamos a tu santuario eterno.

  • Dependencia absoluta tenemos de ti, oh Rey de reyes y Señor de señores,
  • en nuestro efímero tiempo de vida.
  • Y confiamos en tus misericordias y favores, 
  • que son de bendición cada día. 

  • Oh Sumo Alfarero, Tú nos has hecho vasos fragiles,
  • para que te demos cada segundo de nuestra existencia la honra y la gloria.
  • Pero nuestra dureza de corazón, oh Señor, ha obviado tu paz, haciendonos impermeables a tu Sagrada Palabra. 

  • El mundo ha usado ancestralmente sus endiabladas mascaras,
  • para ocultar los execrables pecados. 
  • Pero en la pademia, buenos y malos, tuvieron que hacer irreconocibles sus rostros, por la obligación de ponérselas;
  • y así, encubrir drásticamente la verdad de sus delitos más despiadados.

  • La Biblia dice: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 
  • Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
  • Póstrate sin dilación, en solemne arrepentimiento, a los santisimos pies del Alto y Sublime que te enjuiciará;
  • y de gracia, tu alma vislumbrará
  • la piadosa posibilidad de ser salva. 
  •                           Paz de Cristo 

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