Oh mi Cristo, las innumerables mascaras del maligno pretenden engañarnos para hacernos proclives a la perniciosa tentación.
Todas coinciden con nuestra pasada e ignominiosa forma de vivir.
Presenta sin mancha e incorruptible tu santificado corazón,
para dar genuina muestra de tu piadoso sentir.
Oh Cristo Jesús,
de hedor ilimitado es toda permisividad con el padre de mentira.
Sal de esa obscuridad errática, y revistete de la admirable luz,
de la que te ha provisto el Rey de reyes en tu cristiano punto de mira.
Sé radical evitando toda contienda.
No admitas en tu vida ser una marioneta de la obscenidad.
Ten inmensa compasión del que no entienda,
para reconducirlo en el nombre de Jesús a la única verdad.
La Biblia asevera: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargűir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
No realices ninguna acción que haga merma de tu santidad.
Y que la sana doctrina en tu alma resplandezca,
para que en el día postrero recibas el galardón de la eternidad.
Jesús, dijo: El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
En el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, son coincidentes la omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia.
Y por tanto, para amarnos con su eterno amor,
hemos de ser siervos de excelencia.
Paz de Cristo
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