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sábado, 22 de agosto de 2020

LA FE, DON DE ETERNIDAD EN CRISTO

  • La Biblia dice: Justificados, pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 
  • Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
  • El gozo de Cristo, es la fortaleza de gloria para sus verdaderos siervos;
  • y no restan ni un ápice de longanimidad, para morar en la eternidad del bienaventurado.

  • Y también: Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinará en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y el don de la justicia. 
  • Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misna manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
  • Oh Fiel y Verdadero, sacrificio de olor fragante fue tu muerte, y muerte de cruz en el Cavario; ofrenda gloriosa, para una humanidad de abyectos pecadores con el alma entenebrecida y necia;
  • a los que, oh Señor, redimiste y justificaste, en el intento de llevarlos al redil celestial del bíblico pasaje de la oveja perdida.

  • Atruenan en el corazón del mundo,
  • los persistentes llamados de Cristo Jesús. 
  • Tu grandiosa misericordia, oh Rey de reyes, es inmarcesible en dar conocimiento a las almas de su estado moribundo;
  • y llevarlas de las tinieblas a tu admirable luz.

  • El ser humano se ha empecinado en cavar la fosa de su propia muerte;
  • haciendo caso omiso, oh Señor Jesús, a tus buenas nuevas de salvación eterna.
  • Espaciosa es la senda de obscenidad, por la que el inconverso perece;
  • si no revierte su iniquidad en salvación, y se postra con el corazón contrito y humillado a los pies del Rey de la gloria. 

  • Añade un palmo a tu estatura y verás la eternidad.
  • Despega tu carnalidad de la tierra, 
  • y conocerás el glorioso resplandor de la verdad.
  • Y a la sazón, oh mi Cristo, con alas espirituales me sustentarás, para elevarme hasta la estatura del varón perfecto, en su belleza majestuosa y eterna.
  •                          Paz de Cristo 

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