EVITA TODA OBRA DEL DIABLO EN CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• en tu excelso nombre la senda de la gloria he de transitar.
• Y guiado por la verdad del Santo Espíritu, 
• al prójimo como a mí mismo he de amar.
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• Oh Sumo Redentor, 
• nadie te humilló,  ni te himillará jamás.
• Porque Tú, de motu propio, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para a la humanidad dar redención con tu sobrenatural amor;
• sin embargo, acepción de personas nunca harás. 
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• Oh Altísimo Señor Jesucristo, 
• tus preceptos bíblicos son absolutamente contrarios a la idolatría.
• Besar o postrase ante una estatua es anatema; y al Santo Espíritu, 
• sobremanera contristaría.
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• Oh Alto y Sublime, 
• Tu fuiste taxativo cuando digiste: El primer mandamiento de todos es:  Oye, Israel; en Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
• Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
• Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
• Oh Santo de Israel, 
• Tú eres el autor y consumador de la fe.
• Y únicamente en ti hemos creido, oh Eterno, 
• tus verdaderos siervos. 
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• La Biblia asevera: Y habló Dios estas palabras,  diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 
• No tendrás dioses ajenos delante de mí. 
• No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierr, ni en las aguas debajo de la tierra.
• No te inclinarás a ella, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que aman y guardan mis mandamientos.
• No tonarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
• Oh Hijo del Hombre, 
• Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
• Y es, oh Señor, tu excelsa diestra,
• la que propaga de Sion los gloriosos vientos, 
• vientos que nos guardan en tu sagrado regazo.
•                   Paz de Cristo 

LA ORACIÓN TE GUARDA EN CRISTO

• La Biblia dice: Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
• La irá de Jehová contra los que hacen mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos.
• Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias.
• Cercano esta Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. 
• De los perversos, 
• das celestial protección a tus genuinos siervos;
• y no habrá para el mal fisuras, 
• oh mi Cristo. 
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• Oh Cristo Redentor, 
• ante tu sacrificio en la cruz del Calvario, incluso los profanos ven gran transcendencia, cuando su vida corre peligro. 
• Y es que, movidos por el estupor, 
• claman al Dios Altísimo. 
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• Oh Hijo del Hombre, 
• tu gozo es nuestra inexpugnable fortaleza.
• Y los que creemos en tu santo nombre,
• la bienaventurada esperanza es nuestra sobrenatural certeza.
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• Oh Fiel y Verdadero, 
• ver tu santa faz es nuestro mayor anhelo.
• Y la infalible balanza del día postrero,
• hará que vivamos eternamente en el cielo. 
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• Oh Santo, 
• andar como Tú anduviste es nuestro propósito.
• Y la muerte para tus siervos será ganancia, y no espanto;
• para que en la Jerusalén celestial, oh Señor, te loemos con un eterno cántico.
•               Paz de Cristo 

LA SABIDURÍA DE LO ALTO RESUELVE LAS HUMANAS VICISITUDES, OH CRISTO

• La Biblia dice: No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará. 
• Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.
• El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. 
• Oh mi Cristo, todo sabiamente acontecerá, 
• en el que en tu glorioso nombre pueda creer;
• porque guardará la Sagrada Palabra, con celosa diligencia. 
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• Oh Sumo Hacedor, 
• de tu santuario venimos, y a tu santuario hemos de ir.
• Porque en ti hemos creido, oh Señor, 
• y Tú eres el principio y el fin.
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• Oh Fiel y Verdadero, 
• con pulso firme estamos asidos al timón del arado.
• Y no miraremos a lo que es perecedero,
• para fijar nuestra vista en la gloria del bienaventurado. 
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• Oh Cristo Jesús, 
• las huellas de tu senda sagrada seguiremos con fe.
• Porque con tu majestuosa luz,
• vemos el camino que el mundo no ve.
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• Oh Eterno,
• los cielos de los cielos no te pueden contener.
• Y el nombre de tus verdaderos siervos está escrito en el cielo;
• porque de gracia hemos recibido la excelencia del ser.
•                 Paz de Cristo 

TODA PALABRA OCIOSA SERÁ JUZGADA, OH CRISTO

• Jesús, dijo: ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 
• El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
• Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres de ella darán cuenta en el día del juicio.
• Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado. 
• Oh mi Cristo, el corazón se involucra en la engañifa que abundantemente le toca, 
• por estar inmerso en conductas jactanciosas.
• Predicar la Sagrada Palabra al que profesa lo mundano e inicuo,
• de gracia le proveerá para ser santificado. 
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• Oh Hijo del Hombre, 
• entrar en la gloria es el culmen de tus auténticos siervos. 
• Y para exaltación del nombre que es sobre todo nombre;
• al adorador, de par en par se le abrirán los cielos. 
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• cautivados fuimos por la Sagrada Palabra.
• Y por fe,
• viviremos eternamente en la celestial morada.
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• un sinnumero de vasos moldeas de nuevo en tu rueda, por proferir palabras ociosas.
• Pero será en el día postrero, 
• cuando determinarás, oh Señor, si son coronadas como almas gloriosas.
• 
  
• Oh Alfa y Omega, 
• tus señales y prodigios nos han dado una desmesurada protección. 
• Sabemos que la santidad nos ha sido esquiva a ciencia cierta;
• con todo, nuestra ociosidad será suplida, oh Rey de la gloria, con tu majestuoso perdón. 
•                  Paz de Cristo         

LA UNCIÓN TE PRESERVA DE LA INIQUIDAD EN CRISTO

• La Biblia dice: El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la carcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les de gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar de espíritu angustiado; y seran llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
• Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones.
• Oh mi Cristo, la grandiosidad de tu poder, no obra en ninguna coyuntura;
• porque un excelso propósito de santidad, es el que guardan tus eternas bendiciones.
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• Oh Santo de Israel, 
• en tu ministerio público, las mentes profanas fueron instruidas con tus buenas nuevas de salvación eterna.
• Y todo el que recibió el don de la fe,
• oh Señor, tu gracia le sustenta.
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• Oh Alto y Sublime, 
• el que se extravía de tu sagrada revelación; no ha hecho otra cosa, que dar inicio a su apostasía. 
• Y ante el diablo ha de mostrarse firme;
• porque únicamente en el Omnipotente, de todo corazón uno se gloría. 
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• Oh Rey de reyes, 
• es indubitable que a tus verdaderos siervos nos has dado gloria. 
• Y que tus misericordias y favores,
• nos llevarán a la final victoria. 
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• Oh Cristo Redentor, 
• tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, nos ha dado vida, y vida en abundancia. 
• Y es tu majestuoso amor, 
• oh Eterno, el que nos da la luz del paraíso sin distancia. 
•              Paz de Cristo 

LO QUE EL VIENTO DE SION NOS DICE PARA AGRADARTE, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• no está en tu propósito que seamos idólatras. 
• Y contristamos al Santo Espíritu,
• cuando permitimos que el fútbol de competición entre en nuestra mente, por sus "buenas jugadas".
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• Oh mi Cristo, 
• no está en tu propósito que seamos necios. 
• Y contristamos al Santo Espíritu, 
• cuando permitimos que entren en nuestra mente los sórdidos desprecios. 
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• Oh mi Cristo, 
• no está en tu propósito que seamos obscenos.
• Y contristamos al Santo Espíritu, 
• cuando nuestras diferencias no son tantas, con el paganismo de los perversos.
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• Oh mi Cristo, 
• no está en tu propósito que seamos tan solo oídores, y no hacedores de la Sagrada Palabra. 
• Y contristamos al Santo Espíritu, 
• cuando genuinamente tu alma al prójimo no le ama.
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• Oh mi Cristo, 
• no está en tu propósito que seamos sépticos e impostores. 
• Y contristamos al Santo Espíritu,
• cuando tus siervos, no hemos entendido, oh Señor, que en tu glorioso nombre somos más que vencedores.
•                 Paz de Cristo 

LA VIDA ES EL MILAGRO DE LOS MILAGROS, Y EL SUMO HACEDOR ERES TÚ, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• nada se ha hecho realidad sin tu excelsa diestra.
• Y ahora es tu Santo Espíritu, 
• el que nos guía a toda verdad en esta tierra. 
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• Oh Cristo Altísimo, 
• Tú has cumplido el propósito más sublime;
• libertar exprofeso en el Lugar Santísimo, 
• únicamente al que con quebrantamiento de espíritu a tus pies se humille. 
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• nada dejaste al azar, oh gran Dios.
• ¿Quién fue, sino Tú, el que nos reconcilió con el Padre, ajusticiado en un madero,
• para dar eterna redención a tus siervos consagrados?
• 
  
• Oh Sumo Redentor,
• Tú nos enseñaste a asumir nuestra cruz con obediencia. 
• Porque la angosta senda del amor, 
• han de ser siempre nuestros pasos se excelencia. 
• 
  
• El sobrenatural milagro es la intervención de Dios, para transformar de facto la naturaleza de las cosas;
• sin Él nada podemos hacer. 
• Y solo nos queda clamar al Todopoderoso con loas gloriosas; 
• pero no habrá ningún milagro, si en el Rey de la gloria no puedes creer.
•               Paz de Cristo 

TU AMOR EXCEDE DE TODO CONOCIMIENTO, OH CRISTO

• La Biblia dice: Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 
• El que mo ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
• Oh mi Cristo, que grandiosidad es estar en el  nombre que es sobre todo nombre consagrados,
• y sin desmayo buscar su bendito rostro de excelso candor.
• 
  
• Oh Cordero inmolado, 
• danos revelación del palacio espíritual que era el pesebre de tu glorioso nacimiento. 
• Y entenderemos tu voluntaria crucifixión, oh gran Dios, al transformar nuestro ser inicuo en bienaventurado, 
• ofrendándonos a traves de la Sagrada Escritura el sobrenatural cumplimiento.
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• Tú, en la cruz del Calvario, momentos antes de expirar, verbalizaste: Consumado es. 
• Y fue, oh Señor, 
• tu muerte, sepultura y resurrección, la gracia inmerecida que da redención a nuestros pecados por fe y para fe.
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• no existe mayor honor, 
• que testificar en tu santo nombre, 
• por ser la majestuosa sangre derramada en tu crucifixión del Calvario, la que nos rescató de toda tiniebla de esclavitud por amor.
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• Oh Sumo Hacedor,
• el culmen de tu universal creación, se hizo visible en el aliento de vida dado a toda alma viviente.
• Y tan prodigioso es tu amor,
• oh Rey de reyes, que justificaste nuestros pecados con tu muerte, venciendo al imperio de la muerte.
•                 Paz de Cristo 

MÁS BIENAVENTURADO ES DAR QUE RECIBIR, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• tu grandiosa misericordia, nos hace considerar siempre la humana visión de la fraternal piedad.
• Porque en la gracia del Santo Espíritu, 
• es donde se vuelve permeable e inmarcesible la celestial verdad.
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• la provisión que persiste en el tiempo, 
• es tu admirable luz;
• y por ella, tus genuinos siervos seremos arrebatados al glorioso firmamento.
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• somos tu obra maestra;
• pero su inexorable deterioro, 
• lo moldeará de nuevo tu excelsa diestra. 
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• el conocimiento de tus sobrenaturales milagros,
• nos fortalece al extremo la fe.
• Y predicaremos sin desmayo la Sagrada Palabra, a los que habrán de ser santos.
• 
  
• Oh Eterno, 
• la nueva Jerusalén ha de ser nuestra eterna morada.
• Y en los designios inescrutables del prodigioso cielo, 
• ha de estar nuestra alma bienaventurada. 
•                  Paz de Cristo 

A TODOS LOS QUE TE ESCARNECIERON, LES HAS DADO GRACIA DE SER TUS HIJOS, OH CRISTO

• La Biblia dice: Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
• En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
• A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 
• Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engengrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
• Oh mi Cristo, de lo más moribundo, 
• es el que en tu santo nombre no creyó. 
• Y es que, los que se ensoberbecieron, 
• nunca estuvieron, oh gra Dios, a tus santísimos pies  consagrados. 
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• en el ajusticiamiento del Calvario, las hordas sépticas, hicieron de tu glorioso nombre escarnio y vituperio.
• Y por tu infinita misericordia, oh Señor, 
• hiciste descender sobre los corazones contritos y humillados el santo ministerio.
• 
  
• Oh Sumo Hacedor,
• del polvo nos hiciste, y con tu aliento de vida fuimos almas vivientes.
• El pecado de la hociosa humanidad, lo lavó tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario con inusitado candor,
• y fuimos transformados en discípulos esforzados y valientes.
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• ser santos en tu glorioso nombre, es nuestra bienaventurada esperanza. 
• Y guiados por tu celestial luz,
• seremos más que vencedores de toda diabólica asechanza.
• 
  
• Oh Rey de reyes, 
• somos pobres en espíritu, asidos a tu majestuosa gloria.
• Y son tus misericordias y favores,
• la buena dádiva y el don perfecto de lo alto, para ser galardonados con la eterna victoria. 
•                 Paz de Cristo 

DE TODA VENGANZA DEL MALIGNO, GUÁRDANOS, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• el diablo utiliza multitud de máscaras, para dar por probada hipócrita y sibilinamente la perversa maldad. 
• Y es que, falsariamente usa al Santo Espíritu, 
• para distorsionar la única y perfecta verdad. 
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• nadie que crea que Tú diste tu vida para redención del mundo,
• puede adulterar de manera execrable tu admirable  luz;
• y rendir cuentas ajenas, mostrando su torticera justificación de lo que conlleva la putrefacta actitud de ser séptico y nauseabundo. 
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• Tú te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz. 
• Y redimiste y justificaste nuestros pecados, por ser el autor y consumador de la fe, 
• para poner por obra la autoridad de tu majestuosa plenitud. 
• 
  
• La Biblia dice: En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 
• Por lo cual desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su projimo; porque miembros somos los unos de los otros. 
• Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
• El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
• Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
• Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 
• Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda maldad. 
• Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. 
• Oh Eterno, en tu santidad,
• queremos vernos reflejados.
• Porque únicamente mirando al cielo, 
• podremos ver la eternidad.
• Y es que, si somos, oh Señor, a tus preceptos obedientes,
• de todo nuestro corazón;
• todos los que en tu glorioso nombre creemos, habremos sido moldeados por la sobrenatural piedad, 
• que emana del Santo Espíritu. 
• 
  
• Oh gran Dios, 
• no permitas que irrumpa en mi alma, lo grotescamente fatuo del maligno.
• Elévame a tu excelsa gloria con tus hijos consagrados, 
• para vivir eternamente en el paraíso.
•                 Paz de Cristo 

EL PECADO CORROMPE EL ALMA, OH CRISTO

• La Biblia dice: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios a prometido a los que le aman.
• Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 
• Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
• Amados hermanos míos, no erréis. 
• Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
• Él de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
• Oh mi Cristo, los que de gracia reciban, 
• serán de gracia a otros, para que Dios les conceda la celestial gracia de entrar en el paraíso.
• Con la torticera fábula que ha vuestro pensamiento terrenal es inherente, 
• no os atribuléis;
• porque de toda cosa guardada, guardad vuestro corazón, 
• para ver vuestro nombre escrito en las imperecederas alturas. 
• 
  
• Oh Sumo Redentor, 
• tu abominable sacrificio en la cruz del Calvario, nos dio vida eterna. 
• Y de tal grandiosidad fue tu amor, 
• que día y noche fue inmarcesible, para los siervos sustentados por tu excelsa diestra.
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• tu glorioso nombre nos protege del horrendo pecado.
• Y tu siervo persistirá firme, 
• oh Señor, porque la Sagrada Palabra le ha santificado. 
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• seguir tus indelebles huellas es mi fin. 
• Porque solo en tu prodigioso sendero,
• oh gran Dios, podré ser inmensamente feliz.
• 
  
• Oh Santo, 
• desde la eternidad y hasta la eternidad Tú eres Dios.
• Y se gloriará en tu excelso nombre, el perfecto heraldo, 
• de tus inescrutables designios. 
•               Paz de Cristo 

ÚNICAMENTE POR TU BENDICIÓN, SERÉ SANADO ESPIRITUAL Y FÍSICAMENTE, OH CRISTO

• La Biblia dice: Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 
• Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. 
• Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva día a día. 
• Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son  eternas.
• Oh mi Cristo, para ser santos, el quebrantamiento de espíritu obedecerá siempre a las imposturas sucesivas de los pecados irresueltos.
• Y esto requerirá estar consagrados;
• porque el que en el Omnipotente se gloría, 
• se postula para las glorias Cristocéntricas.
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• superar tus pruebas, definirán nuestra proyección de ser santos. 
• Y con el majestuoso resplandor de tu luz,
• oh Rey  de reyes, será nuestro galardón, el ser al fin coronados.
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• el ser humano ha de arrostrar el futuro más ignoto.
• Y muchos contarán con el prodigio de nacer de nuevo, 
• para servir al que nos dio vida en este bello universo.
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• Tú nos has revestido de misericordias y favores. 
• Y será en el día postrero, 
• cuando derramará sobre sus auténticos siervos las celestiales bendiciones. 
• 
  
• Oh gran Yo Soy, 
• por fe hemos podido palpar tu sobrenatural verdad. 
• Y un día como hoy, 
• vendrás para arrebatar a tu amada Iglesia, que estará concernida en la genuina santidad. 
•                Paz de Cristo 

NO LIMITES TU FE EN CRISTO

• La Biblia dice: Por tanto, nosotros también, teniendo enderredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 
• Considerad a aquel que sufrió tan contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayár.
• Oh mi Cristo, los siervos que no estén espiritualmente consagrados, 
• no te podrán hasta el fin amar.
• 
  
• Oh Sumo Redentor, 
• Tú no pusiste límites a los que te escarnecieron y vituperaron en la cruz del Calvario. 
• Y proveyendolos de tu excelso amor, 
• les diste la grandiosidad de morar en tu santuario.
• 
  
• Oh Soberano Señor Jesucristo, 
• tu perfecta justicia, separará a las ovejas de los cabritos. 
• Y a toda verdad nos llevará el Santo Espíritu, 
• para ser tus genuinos hijos. 
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• del polvo nos hiciste, a tu imagen y semejanza. 
• Pero el diablo anda como león rugiente, 
• para ver a quien devora con su vil asechanza.
• 
  
• Oh Alfa y Omega, 
• tu sagrada voz en la distancia,
• oye por su celestial tono, la que es tu verdadera oveja.
• Y es que, vivir y morir en el glorioso nombre de Jesús, para siempre será ganancia. 
•                   Paz de Cristo 

EL DIABLO NO PODRÁ CALLAR A LOS QUE PREDICAMOS LA SAGRADA PALABRA, OH CRISTO

• La Biblia dice: Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañados irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 
• Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quien has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 
• Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargűir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
• Oh mi Cristo, testificaremos denodadamente en tu santo nombre, para ser bienaventurados.
• Y guiados seremos por tu sobrenatural plenitud, 
• oh Rey de la gloria. 
• 
  
• Oh Cordero inmolado, 
• tu precisa y preciosa obediencia para el cumplimiento del Sagrado Escrito, nos dio vida con tu muerte, y muerte de cruz;
• llevándonos de las tinieblas del perverso y malintencionado,
• a tu admirable luz.
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• ser tu hijo es el máximo galardón del cielo.
• Y no habrá espiritualidad que más estime,
• ni morada de eternidad con más anhelo. 
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• preservar la gracia recibida es mi indubitable lealtad.
• Y sobredimensionar mi fe,
• oh Señor, es el ferviente reconocimiento de tu excelsa verdad.
• 
  
• Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, 
• blindado me siento en tu majestuoso regazo.
• Y es en la gloria de tu Santo Espíritu,
• donde inmerecidamente se me asignó, anunciar poéticamente el Evangelio como heraldo.
•              Paz de Cristo 

LA ÚNICA Y VERDADERA JUSTICIA ESTÁ EN CRISTO

• Jesús, dijo: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 
• Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 
• Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
• El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 
• Yo soy el buen pastor, el buen pastor da su vida por las ovejas.
• Oh mi Cristo, con tu gracia revestirás
• y guardarás 
• a tus siervos santos.
• Tú das al sediento el agua de grandiosa clemencia, 
• y con ella, su espíritu, alma y cuerpo, purificarás.
• 
  
• Oh Sumo Redentor, 
• los clavos traspasaron tus pies y tus manos en el más execrable sacrificio. 
• Y la redención y justificación de nuestros abyectos pecados, los clavaste en la cruz del Calvario, como la sublime e inmarcesible demostración de amor,
• que únicamente puedes ofrendar a la humanidad, Tú, oh Soberano Cristo. 
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• no ha lugar a las tenebrosas tinieblas con tu gloriosa presencia.
• Y es en tu inaccesible luz,
• donde encontraremos la eterna excelencia. 
• 
  
• Oh Santo, 
• revelada nos fue tu santísima verdad, cuando te manifestaste en carne.
• Hagamos ver este momento de gloria al profano,
• para que en su conversión al Rey de reyes, santificando su alma, eternamente se salve.
•  
• Oh Eterno, 
• tu majestuosa luz nos ha permitido ver por el espíritu. 
• Porque no te vimos bajar de cielo,
• pero ahora sentimos tu sobrenatural presencia, oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo. 
•                Paz de Cristo 

LA UNCIÓN, GRACIA EN CRISTO

• La Biblia dice: No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
• ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Éste es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
• Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. 
• Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio pernanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. 
• Y ésta es la promesa que él hizo, la vida eterna.
• Os he escrito esto sobre los que os engañan.
• Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. 
• Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. 
• Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él. 
• Oh mi Cristo, tu angosta senda nos llevará indubitablemente a la gloriosa eternidad,
• este es el sublime propósito,
• de solemnidad reverente.
• Y es la heredad de tu linaje,
• la que algunos impostores suplantan.
• Los siervos de celosa fe,
• con su unción a las almas sanan.
• Y perseveran hasta el fin con los bienaventurados, 
• amando al Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, que en la cruz, dijo: Consumado es.
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• de forma inmerecida diste tu vida por la perversa humanidad.
• Y fue tan excelso tu amor,
• que todas las estrellas del universo, se conmovieron con tu manifiesta santidad.
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• guárdanos de toda inicua falsedad.
• Porque nuestro altar tendrá que dar cuenta a aquel,
• que nos predicó la santísima verdad. 
• 
  
• Oh Señor de señores, 
• remisos fuimos a la obediencia;
• pero no desdeñamos tus celestiales favores,
• que nos fueron dados por tu incondicional excelencia. 
• 
  
• Oh Alfa y Omega, 
• la unción nos ha sido ofrendada de lo alto. 
• Y esta solo viene de tu excelsa diestra, 
• oh Santo, Santo, Santo.
•                  Paz de Cristo         

LA FE ES UN DON QUE ÚNICAMENTE ME DAS TÚ, OH CRISTO

• La Biblia dice: Porque por gracia sois salvos por medio se la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe. 
• Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuáles Dios preparó de antemano para que anduviesemos en ellas. 
• Oh mi Cristo, de tu fe nadie se engríe;
• porque inaccesibles son tus sagradas huellas. 
• 
  
• Oh Altísimo Señor Jesucristo, 
• desde tu eterno santuario nos visitaste, para santificarnos en tu glorioso nombre.
• Y para no dejarnos huérfanos, recibimos de lo alto el Santo Espíritu, 
• oh Hijo del Hombre. 
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• que gran obra consumaste, haciendo de nuevo los vasos rotos.
• Y de tal manera, oh Señor, contribuiste al milagro postrero,
• de eludir la eterna condenación, para ser eternamente salvos.
•  
• Oh Cristo Omnipotente,
• te agradó mi predicación poética, para ser heraldo de tu gloria por los siglos. 
• Porque la heredad de que en tu bendito nombre se sea reverente,
• oh Rey de reyes, se la has dado solo a tus auténticos hijos.
• 
  
• Oh Rey de la gloria, 
• desde antes de la fundación del mundo somos tus únicos y verdaderos siervos. 
• Y nos darás la eterna victoria, 
• cuando con tu amada Iglesia, oh Eterno, seamos al cielo arrebatados.
•                  Paz de Cristo 

NO TE AFLIJAS, CREE EN CRISTO

• Jesús, dijo: ¿Ahora creéis?
• He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
• Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
• Oh mi Cristo, no habrá salvación, para los que en su nombre no os postulaseis;
• porque el que del mundo es amigo,
• tiene un espíritu séptico y moribundo. 
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• de gracia recibimos el sustento eterno. 
• Y solo el que lo recibe,
• oh Señor, contigo morará en el cielo.
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• tus señales y prodigios,
• nos han dado la bendita unción del firmamento, 
• por ser tus dignos y escogidos hijos. 
• 
  
• Oh Cordero inmolado, 
• Tú nunca fuiste la víctima condenada plebiscitariamente por la humanidad.
• Tu justicia fue diametralmente al contrario;
• porque con tu horrenda muerte, se nos dio redención del pecado por la sobrenatural verdad. 
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• Tú eres el Santo, 
• que nos libró de la eterna esclavitud,
• para ser coronados por la excelsa diestra de lo alto.
•               Paz de Cristo  

LA SANTIDAD ES LA ANTÍTESIS DEL PECADO, OH CRISTO

• La Biblia dice: Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
• Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 
• Porque: Toda carne es como hierba, y toda gloria del hombre como flor de hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor permanece para siempre. 
• Oh mi Cristo, necesitamos sin restricción la sabiduría de lo alto, 
• para ser a tu Sagrada Palabra, oh Rey de reyes, nuestra alma reverente;
• y así, su predicación la hará el siervo Cristocéntrico de corazón ferviente.
• 
  
• Oh Cristo Redentor,
• Tú eres el crucificado de más gloria;
• pero la cruz del Calvario, define meridiana y exclusivamente
•  tu grandiosa obediencia, oh Señor. 
• No hagamos más de la cruz una victoria,
• torticeramente.
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• el pecado actúa persistentemente en el ser humano por acción o por omisión. 
• Y es infinitamente más gravoso, en el que siendo predicador de la Sagrada Palabra, no adora al nombre que es sobre todo nombre;
• y representa la impostura del misionero bíblico, con el desamor que se hace visible en su perniciosa desafección.
• 
  
• Oh Santo, 
• de tus espirituales preceptos, desde Éxodo hasta Apocalipsis, le das la máxima exaltación al amor. 
• Y ante la imposibilidad de burlar al que creó el universo de facto, 
• a los que no están en santidad; no les quedará otra salida que el obscurantismo del estupor. 
• 
  
• Oh Eterno,
• al que buscare tu rostro con el espíritu quebrantado,
• nunca le despreciarás su contrito y humillado arrepentimiento;
• porque así únicamente, traspasará el glorioso umbral del bienaventurado. 
•             Paz de Cristo 

RESISTE AL DIABLO EN CRISTO

• La Biblia dice: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 
• ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?
• Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 
• Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 
• Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 
• Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convertirá en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 
• Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. 
• Oh mi Cristo, los que de facto somos consagrados, hemos renunciado a todo lo irreverente.
• Y en nuestro corazón, oh Señor, eres Tú el que vives,
• para sentirnos gozosos, por haber recibido tus gloriosas bendiciones. 
• Y nuestra única certeza, 
• es que el Señor Omnipotente hasta más allá de la muerte nos guardará. 
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• al advertir un arbitrio detestable en la insensata humanidad;
• dado nos fue prodigiosamente el don de la fe,
• para que seamos sustentados por la única verdad. 
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• tu sublime candor es la antítesis de la humana prostitución. 
• Y será en el día postrero,
• cuando, oh Señor, nos darás la justa respuesta a nuestro bendito o pernicioso corazón. 
• 
  
• Oh Cordero inmolado,
• Tú no pusiste ninguna condición al más abominable sacrificio; humillándote hasta la muerte, y muerte de cruz. 
• Y dándonos la mayor gloria del cielo bienaventurado,
• oh Rey de reyes, únicamente quisiste darnos a conocer tu santísima y eterna luz.
•                 Paz de Cristo 

¡HAY PODER EN EL NOMBRE DE JESÚS!

• La Biblia dice: Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva.
• Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.
• Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. 
• Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. 
• Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.
• En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel. 
• Oh mi Cristo, de todos los que crean en tu santo nombre, será de salvación su alma.
• Porque Tú, oh Señor, eres el primero y el último, el principio y el fin.
• Y tus auténticos discípulos, del Evangelio de la gracia no se apartarán jamás. 
• El milagro de tu gloria se manifiesta,
• a través de los que son bienaventurados,
• por fe y para fe.
• 
  
• La Biblia enseña: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en  Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
• Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 
• Oh Cristo Jesús, 
• nada obra fuera de tu luz inaccesible. 
• 
  
• La Biblia asevera: Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 
• Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
• Oh Altísimo Señor Jesucristo, Tú eres el Dios único, al que rogamos incesantemente al cielo, diciendo: ¡Sálvanos!
• Y esta petición es unánime en tus genuinos siervos. 
• 
  
• Oh Santo, 
• tu bondad, no la puede el universo contener.
• Y gracias te damos, con la plegaria que te estamos elevando, 
• por el sublime privilegio de creer. 
• 
  
• Oh Eterno,
• la doctrina de Unicidad, 
• es de tu santuario un sagrado misterio,
• que se fundamenta de forma irrefutable en la bíblica verdad.
•             Paz de Cristo 

PURIFICA LA SENDA DE TU SALVACIÓN EN CRISTO

• Jesús, dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 
• El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere será condenado. 
• Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. 
• Oh mi Cristo, la bendición sobrenatural nos viene dada por la Sagrada Escritura.
• Y es que, no hay mayor excelencia que poder ser bienaventurado;
• porque únicamente tus verdaderos siervos, la puerta del cielo abrirán. 
• 
  
• Oh Santo de Israel,
• tus exhortos de eternidad, nos dejaron expedito el angosto camino de salvación.
• Y todo ha de obrar siempre por fe,
• en tu velidoso y extemporáneo corazón. 
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• desde antes de la fundación del mundo, Tú ya habías escogido a que ser humano ibas a moldear en tu gloriosa rueda.
• Y no has de tener ninguna reserva para tu salvación; porque el Altísimo que así lo dio por hecho, 
• puso sobre ti su excelsa diestra. 
• 
  
• Oh Rey de reyes y Señor de señores, 
• que sea tu admirable luz, la que nos irradie esperanza en la entenebrecida tormenta. 
• Gracias te damos, oh Rey de la gloría, por tus misericordias y favores;
• porque nos serán indispensables, para ser más que vencedores en la eterna meta.
•  
• Oh Eterno, 
• dependemos de tu gracia, en las circunstancias aparentemente más triviales.
• Y es que, todas y cada una de tus decisiones, tienen que estar asidas a un bíblico celo,
• para que las bendiciones sean celestiales.
•               Paz de Cristo 

EDIFICA TU ALTAR EN CRISTO

• La Biblia dice: Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
• Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
• Oh mi Cristo, nuestro engañoso corazón, atraviesa yermos desiertos cuando no pone por obra tus principios divinos. 
• Y su decrépita ignorancia le aboca al pozo cenagoso.
• 
  
• Oh Eterno, 
• no ha habido nadie inmundo, que tu gloria haya podido profanar.
• Y es que, el que quiera visitar el cielo, 
• tu santo nombre ha de honrar.
• 
  
• Oh Santo, 
• en tu misericordia que es para siempre, vemos cuando nos amas.
• Y porque a tu imagen y semejanza nos has hecho, 
• oh Señor, de nosotros fidelidad demandas.
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• que honor sería ver tu santa faz;
• y vivir en tu inaccesible luz,
• desde la eternidad y hasta la eternidad. 
• 
  
• Oh Sumo Creador, 
• donde está el misterio de decir que Tú eres uno, e inmediatamente después hablar de la trinidad. 
• Aclaremos: Jesucristo es Dios manifestado en carne en su loor.
• Y que el Padre, el Hijo y el Espíritu santo, es el Omnipotente Señor Jesucristo en la doctrina de Unicidad. 
•                Paz de Cristo 

LA DESOBEDIENCIA, PRÁCTICA PECAMINOSA DEL SER HUMANO, OH CRISTO

• La Biblia dice: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los maledicentes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
• Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
• Oh mi Cristo, a tu santo nombre profesaremos adoración tus siervos consagrados;
• y perseveraremos hasta el fin, no siendo desobedientes a tus sobrenaturales preceptos.
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• herejes profanadores son los que no han interiorizado tu sacrificio en la cruz del Calvario. 
• Y no lo serán, los que han sido recíprocos a tu excelso amor,
• por ser fieles al Cristocéntrico santuario. 
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• tu santidad desbordó todos los cauces creados.
• He hizo discurrir el nombre que es sobre todo nombre, 
• hasta el irreprensible corazón de los bienaventurados.
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• en tu ministerio público no hubo cabida para más milagros. 
• Y únicamente, oh Señor, quisiste que fueran solícitos en la fe,
• a los que en tu nanifestación de gloria iban a ser sanados. 
• 
  
• Oh Sumo Hacedor, 
• la ociosa idea de la humanidad, trata de distorsiónar los principios bíblicos. 
• Y pretender confrontarnos con su excelso candor,
• nos hará encallar en los entenebrecidos planes diabólicos. 
•                Paz de Cristo 

LA BIENAVENTURADA ESPERANZA ES TU GLORIOSO FIN EN CRISTO

• La Biblia dice: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
• Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque  me buscaréis de todo vuestro corazón.
• Oh Cristo de la gloria, todos los que seáis mis siervos, en mi celestial tabernáculo permaneceréis;
• porque derramada será sobre vosotros la santa unción. 
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• Tú has diseñado las vasijas con absoluta perfección.
• Pero la recompensa que asignarás en el día postrero,
• será para las almas de salvación o condenación.
• 
  
• Oh Rey de reyes,
• nos diste maná del cielo, hasta ser saciados. 
• Y todas y cada un de estas bendiciones,
• solo las advirtieron con acción de gracias los bienaventurados. 
• 
  
• Oh Santo,
• guárdanos en la inexpugnable fortaleza,
• que es tu sagrado regazo.
• Y podremos dar testimonio, oh Señor, de tu gloriosa certeza.
• 
  
• Oh Eterno, 
• son tus moradas de gloria las que conocemos por fe.
• Pero nadie puede aseverar en contrario de la existencia del cielo;
• porque su estrellada grandiosidad, hasta el ojo más soñoliento la ve.
•                   Paz de Cristo 

CRASO YERRO ES LA INFIDELIDAD DEL SER HUMANO, OH CRISTO

• La Biblia dice: Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que  ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
• Palabra fiel es ésta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. 
• Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo.
• Oh mi Cristo, nos diste tu vida, que es la más grandiosa ofrenda.
• El necio, oh Señor, nada de tu manifiesta gloria entenderá;
• porque sumido está en el abismo.
• 
  
• Oh Santo, 
• No existe yerro de más ignominia, que el siniestro camino de muerte. 
• Y el que por tu gran misericordia ha sido justificado,
• sigue discurriendo por el bendito camino del inocente.
• 
  
• Oh Sumo Hacedor,
• tu ilimitada piedad, es un misterio para el insolente.
• Y porque excede de todo conocimiento tu amor, 
• eres para los en tu santo nombre creemos, el Señor Omnipotente. 
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• no nos sueltes de tu excelsa diestra.
• Necesitados estamos de tu majestuosa luz,
• para seguir viendo los santos caminos de esta tierra.
• 
  
• Oh Alfa y Omega, 
• tus sobrenaturales milagros, fueron al olvido relegados.
• Y son tus celestiales milagros, los que resucitan a toda alma muerta,
• y santifican a los que estaban extraviados.
•                  Paz de Cristo 

CUIDA EL PROPÓSITO ETERNO, QUE EN TU EXISTENCIA A PUESTO EL TODOPODEROSO SEÑOR JESUCRISTO

• Oh mi Cristo, 
• el mundo vive al margen de tu morada eterna.
• Pero es en tu glorioso propósito,
• donde se manifiesta el alma plena.
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• desde la cruz del Calvario, padeciste la perversa crueldad de las hordas inicuas.
• Sin embargo, redimiste a toda la humanidad con tu excelso amor;
• para que las almas que creyeren en el nombre que es sobre todo nombre, fueren salvas.
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• el misterio de tu manifestación en carne, encierra la salvación de la humanidad. 
• Y esta encriptada gloria, oh Señor, nos la has resuelto con la fe,
• porque deja ver meridianamente la santísima verdad.
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• en tu ministerio público, la senda más angosta se hizo inseparable de las buenas nuevas de salvación eterna. 
• Y es que, los heraldos que testificamos en tu excelso nombre, 
• anhelamos salvar a las incredulas almas de su condena.
• 
  
• Oh gran Yo Soy, 
• por tu gracia será raída la ancestral herrumbre que recubre al inicuo ser.
• Y Tú puedes, oh Rey de la gloria, un día como hoy,
• revelar al inconverso que la celestial plenitud es ver por fe.
•              Paz de Cristo 

ORANDO, BUSCARÉ TU ROSTRO, OH CRISTO

• La Biblia dice: Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 
• Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán allí para siempre. 
• Oh mi Cristo, por tu santa voluntad nos creaste y habitamos en la faz de la tierra.
• Y digno es el que cree en tu nombre que es sobre todo nombre, para ser heredad del glorioso mimbre.
• 
  
• Oh gran Dios,
• del mismo barro, vasos de honra nos conformaste. 
• Y de tu reino somos bienaventurados,
• para en la gloria eterna adorarte. 
• 
  
• Oh Santo,
• de tu gracia nada podemos objetar. 
• Porque concernidos de la sabiduría de lo alto,
• el umbral de la gloria nos será factible traspasar. 
• 
  
• Oh Eterno, 
• de una vida disoluta, en tu glorioso nombre nos transformaste en nuevas criaturas.
• Porque el Santo Espíritu se derramó del cielo,
• para que de radiante luz se revistan las almas obscuras.
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• sin santidad nadie verá tu rostro. 
• Y solo orando abrirás la puerta del cielo,
• que es el privilegio más grandioso.
•             Paz de Cristo 

LA TIBIEZA, ANTESALA DEL OBSCURANTISMO, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• Tú diste por toda la humanidad hasta la última gota de tu majestuosa sangre.
• Y con extrema obediencia para consumar el Sagrado Escrito, 
• oh Hijo del Hombre, hasta lo sumo te humillaste. 
• 
  
• Oh Rey de reyes, 
• Tú nunca te preguntaste el por qué, de lo que a tu alrededor acontecía. 
• La manifestación de tu gloria, siempre tuvo un valor sin precedentes, 
• porque tu excelsa diestra todo lo predecía.
• 
  
• Oh Sumo Redentor, 
• las ordas abyectas hacen escarnio de tu crucifixión.
• Esta ignorancia es la consecuencia que desemboca en el inicuo desamor,
• que parte inequívocamente del sórdido corazón. 
• 
  
• Oh Cristo de la gloria,
• Tú das misiones al que has capacitado con antelación.
• Pero el que anhela ser coronado en victoria,
• su vida dará por el eterno galardón. 
• 
  
• Oh Sumo Hacedor, 
• tus milagros, la humanidad los enmarca en conceptos profanos.
• Y mezclan su tibieza, oh gran Dios, con tu primor;
• porque únicamente Tú sabrás, quienes serán o no santos.
•                  Paz de Cristo 

LA NECEDAD NOS IMPIDE VER LA LUZ EN CRISTO

• La Biblia dice: Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo majados con el pisón, no se apartará de él su necedad. 
• La codicia e insolencia del ser humano, le llevó a apartarse del Dios Altísimo. 
• Oh mi Cristo, del sacrificio abominable de la cruz del Calvario, emanó tu piadosa santidad.
• Y tu preciosa sangre derramada, purifico nuestra alma con el nuevo pacto de la gracia, libertando a tus probos siervos en el Lugar Santísimo.
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• perseverar hasta el fin  en tu bíblico propósito, será posible con la valentía y el esfuerzo de superar toda vicisitud de la senda angosta.
• Y a los que te amamos, todas las cosas nos ayudan a bien, oh Eterno, 
• para vivir contigo en la gloriosa morada.
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• sin ti nada podemos hacer.
• Pero al invocar tu santo nombre, 
• predicamos el Evangelio de la gracia, para que el mundo pueda creer.
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• testificar la Sagrada Palabra al inconverso, es obra de tus irreprensibles heraldos.
• Y los que vean tu admirable luz,
• serán, oh Señor, tus hijos bienaventurados. 
• 
  
• Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, 
• Tú eres la estrella resplandeciente de la mañana.
• Y solo los que tienen la llenura del Santo Espíritu, 
• del propósito de la Sagrada Escritura habrán dado digna cuenta.
•                  Paz de Cristo 

TU ORACIÓN OBRA EL PODER DEL MILAGRO EN CRISTO

• Jesús, dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho.
• Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
• Oh mi Cristo, siervos nos has hecho de la heredad de tu reino;
• y lo que de gracia recibisteis, de gracia daréis. 
• 
  
• Oh Sumo Hacedor, 
• la oración del justo se hace visible en el incienso de lo alto.
• Y tal es su clamor,
• que se sustenta en la excelencia del que es santo.
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• Tú eres el único Dios que habita la eternidad.
• Y nada es tan inmarcesible, 
• como tu santísima verdad. 
• 
  
• Oh Santo, 
• confiadamente nos hemos acercado al trono de tu gracia.
• Y con ferviente fe te hemos pedido, oh Eterno, sabiduría de lo alto, 
• para glorificar por siempre nuestra alma.
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• tu paz sobrepasa todo entendimiento.
• Y en la cruz del Calvario, nos ofrendaste tan excelso amor,
• que a tu eterno nombre sea toda la gloria, con loas imperecederas que exalten al Fundamento.
•                 Paz de Cristo 

HAS DE REGENERAR EL ALMA, PARA SER SALVO EN CRISTO

• La Biblia dice: Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.
• Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. 
• Oh mi Cristo, Tú has transformado toda impostura, en el candor impoluto de tus regenerados discípulos, 
• que han recibido de tu sobrenatural gracia.
• 
  
• Oh Cordero inmolado, 
• voluntariamente aceptaste el ajusticiamiento en en Calvario, humillándote hasta la muerte, y muerte de cruz.
• Y es que, tu bendita redención por toda la humanidad; está teniendo, a día de hoy, por el herético malvado, 
• el anuncio del que se cree su propia mentira, para sumir en el obscuro abismo a la irreverente multitud.
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• sobre los vasos de honra, derramarás el día del fin la unción celestial.
• Y lo que acontecerá sobre los vasos de deshonra en el día postrero, 
• será la vergüenza y confusión de lo eternamente letal.
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• tus preceptos bíblicos serán irrefutables en la salvación y condenación del alma.
• Y porque la no acepción de personas así lo define,
• a cada uno se le recompensará, según indique el fiel de tu justa balanza.
• 
  
• Oh Alfa y Omega, 
• el que no haya procedido al arrepentimiento y al bautismo en el santo nombre de Jesús, no entrará en tu gloria.
• Y será, en último extremo, tu excelsa diestra, 
• la que determinará nuestra eterna victoria. 
•                 Paz de Cristo 

EN LOS RUDIMENTOS DE TU IGNORANCIA, NUNCA SERÁS SALVO EN CRISTO

• La Biblia dice: Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como alguno de vuestros propios poetas ha dicho: Porque linaje suyo somos.
• Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad se semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.
• Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
• Oh mi Cristo, Tú nos elegiste antes de la fundación del mundo, para ser los genuinos siervos que te exaltaramos, 
• siendo manifiesta la diferencia con las hordas de escarnecedores,
• que no creyeron en tus celestiales exhortos.
• 
  
• Oh Cristo Altísimo,
• de espíritu incorruptible han de ser tus probos hijos. 
• Porque en el Lugar Santísimo,
• se postrarán celosamente por los siglos de los siglos.
• 
  
• Oh Santo, 
• tu sagrada senda hemos de andar.
• Y moraremos en el glorioso aposento, 
• en el que solo Tú, oh Señor, nos puedes guardar.
• 
  
• Oh Eterno, 
• vivir en tu sobrenatural santuario, 
• es de tus discípulos el más ferviente anhelo;
• porque meridiano fue el ejemplo del arrepentido de corazón, aquel excelso día en el Calvario. 
•                   Paz de Cristo    

GUÁRDAME EN TU PRESENCIA, OH CRISTO

• La Biblia dice: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 
• Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. 
• Oh mi Cristo, espero con premura que sea derrama tu santa unción, 
• sobre la opaca visión de mí decrepita existencia. 
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• Tú eres la estrella resplandeciente de la mañana. 
• Y por ser lámpara del más grandioso y excelso amor,
• necesito invocar tu majestuoso nombre, para que haga a mi alma santa.
• 
  
• Oh Altísimo Jesucristo,
• guárdame en tu glorioso regazo. 
• Y concernido en la verdad del Santo Espíritu, 
• nunca seré víctima de las asechanzas del diablo. 
• 
  
• Oh Sumo Creador, 
• presérvame de la iniquidad con tu manto de gloria. 
• Y sentiré tu acrisolado candor,
• para purificarme con la celestial victoria.
• 
  
• Oh Eterno, 
• anhelo estar a tu presencia asido.
• Y que por gracia mi nombre esté escrito en  el cielo,
• al ser, oh Señor, en tu ferviente adoración bendecido.
•              Paz de Cristo 

EL PECADO, ANATEMA LETAL EN CRISTO

• La Biblia dice: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios a prometido a los que le aman.
• Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
• Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
• Oh mi Cristo, cuando tus heraldos la Sagrada Palabra predican, 
• alguno de los que la oyen, se ve por ella concernido,
• como de repente. 
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• los cielos están abiertos para lo que en tu santo nombre creen.
• Y se mostrarán de bronce, 
• para las mentes obtusas que se envilecen.
• 
  
• Oh gran Dios, 
• lo que Tú has torcido quien lo enderezará. 
• Pero en el Lugar Santísimo pueden entrar los espíritus quebrantados,
• porque el Señor Omnipotente no los despreciará.
•  
• Oh Santo de Israel, 
• Tú viniste a deshacer las obras del diablo. 
• Y no es por vista, sino por fe,
• el poder apartarse del infame pecado. 
• 
  
• Oh Eterno, 
• en el paraíso, los sépticos será vetados.
• Y sin remisión irán al lago de fuego,
• para ser por la eternidad confundidos y avergonzados. 
•             Paz de Cristo 

ÚNICAMENTE EN LA DESNUDEZ DEL ALMA ENTRARÁS TÚ, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• detrás de muchos cargos se esconde la miseria humana. 
• Y es en la sobrenatural gracia del Santo Espíritu, 
• donde se limpia el alma  inmunda para ser santa.
• 
  
• Oh Eterno, 
• Tú nunca te equivocas al proveer ministerialmente la unción.
• Pero en su necedad se apartaron del gobierno del cielo;
• porque pétreo sin medida se volvió su corazón.
• 
  
• Oh Santo, 
• Tú eres muy celoso de tu gloria. 
• Y no permitirás al inmundo putrefacto,
• que se enseñoree de la eterna victoria. 
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• tu abominable sacrificio en la cruz del Calvario, no fue en vano. 
• Porque la manifestación de tu glorioso amor,
• selló al que perseverare hasta el fin para ser coronado santo.
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• Tú anduviste por caminos tortuosos, desde el inicio hasta el fin de tu ministerio público. 
• Y guía es para los siervos consagrados tu admirable luz, 
• por ser lámpara a nuestros pies del Dios único. 
•               Paz de Cristo 

LA ALTIVEZ NO TE AGRADA, OH CRISTO

• La Biblia dice: Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, porque han oído los dichos de tu boca.
• Y cantarán de los caminos de Jehová, porque la gloria de Jehová es grande.
• Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.
• Oh mi Cristo, Tú das provisión de lo alto al que tu santo nombre invoca, para que la benignidad le alcance y sean dignos todos sus caminos. 
• 
  
• Jesús, dijo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
• Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
• Oh Sumo Hacedor, tus verdaderos siervos solo de ti dependemos;
• porque tu excelsa diestra, siempre nos estará bendiciendo. 
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• de tu semilla de gloria se alimenta celosamente nuestra alma.
• Ten sumo gozo. Y que toque fondo tu humillación, como el Altísimo Señor que se humilló hasta la muerte colgado del madero;
• redimiendo para vida eterna, solo al que fervientemente le ama.
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• Tú vendrás en tu reino con tus ángeles, para arrebatar a tu amada Iglesia. 
• Pero hacia las nubes volarán únicamente, los que han creído en tu glorioso nombre, 
• para morar contigo, oh Señor, en la Jerusalén eterna.
• 
  
• Oh gran Yo Soy, 
• para vivir en la sobrenatural eternidad, hemos de ser glorificados.
• Y será en un abrir y cerrar de ojos, cualquier día como hoy;
• cuando para siempre, traspasaremos el umbral de los bienaventurados. 
•                    Paz de Cristo 

TÚ QUEJA SIEMPRE SERÁ FATUA. ÉL NUCA SE QUEJÓ, Y NO HA HABIDO MAYOR TRAICIÓN QUE LA QUE TE OCASIONÓ LA MUERTE, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• Tú fuiste sacrificado con la ignominia más abominable, y sin ninguna culpa.
• Pero por gracia nos libertaste del tenebroso abismo, 
• para darnos vida y vida en abundancia.
• 
  
• Oh Santo, 
• en el binomio bondad- muerte se nos obnubila la mente ante tal antítesis. 
• Y nos sobreviene el espanto,
• oh Señor, cuando sabemos que tu majestuosa sangre derramada en la cruz del Calvario, purifico nuestra más execrable sepsis. 
• 
  
• Oh Hijo del Hombre,
• por ser Tú, Dios manifestado en carne, 
• pudiste dar redención a mi abyecto pecado en tu glorioso nombre;
• y por mor de tu excelsa diestra, pudiere al fin salvarme.
• 
  
• Oh Eterno,
• en la gloria de tu santuario se pergeñó la salvación de la disoluta humanidad. 
• Y la Cristocéntrica sabiduría del cielo,
• sepultó nuestro aberrante pecado, venciendo al imperio de la muerte, con la muerte, sepultura y resurrección de la santísima verdad.
• 
  
• Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, 
• nadie, sino Tú, puede atar los obscenos cabos de la inicua letalidad. 
• Pero por la angosta senda del Espíritu, 
• tus genuinos discípulos hemos podido ver por fe la inefable santidad. 
•                   Paz de Cristo 

LO SOBRENATURAL SE MANIFIESTA PARA DARTE GLORIA, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• tus pruebas son para purificar el alma. 
• En tu santo nombre das y quitas con un eterno objetivo,
• el cumplimiento de la Sagrada Palabra. 
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• tu fin es acrisolar nuestro ser tripartito.
• Y el que hasta la muerte persevere,
• traspasará el umbral del paraíso.
• 
  
• Oh Cristo Jesús,
• únicamente la calle angosta nos llevará a tu celestial reino.
• Y viviremos en la inaccesible luz,
• que es donde vive el Eterno. 
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• Tú eres muy celoso de tu gloria.
• Y solo el que esté en santidad verá tu santa faz en el día postrero, 
• por haber sido un adorador en victoria.
• 
  
• Oh Alfa y Omega,
• tu gozo es nuestra fortaleza inexpugnable.
• Y el que sin cesar ora,
• habrá interiorizado todo misterio inefable.
•              Paz de Cristo 

SOLO UN NECIO PUEDE PENSAR QUE EN ALGUNA OCASIÓN TE HA CONMOVIDO, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• tus siervos, en lugar de ser santos, les sigue primando la mundana insolencia.
• Y es que, ante la gran impostura del que es indigno, 
• nunca podrá fluir la excelencia.
• 
  
• Oh Santo, 
• nuestra prosaica diferencia es no poder percibir tu bíblica unción. 
• Y en el Edén ya se dio este flagrante caso.
• por hacer diferencias abominables con la santificación.
• 
  
• Oh gran Dios,
• en que nos afecta la maldad, 
• sino estamos sobre ella apercibidos,
• por nuestro paupérrimo grado de santidad. 
• 
  
• Oh Eterno, 
• la certeza del limpido corazón está en entredicho.
• Porque se ha endurecido sin freno,
• hasta tocar el abismo.
• 
  
• Oh gran Yo Soy,
• el ser humano se ha empecinado en su egolatría.
• Y se cree autosuficiente, a día de hoy,
• gobernado por su fútil estulticia.
•                 Paz de Cristo 

SÉ SANTO, ANDA COMO ANDUVO CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• en iniquidades que te desagradan, no pueden caer reiteradamente los que se consideran ejemplo de tu Iglesia santa. 
• Sí, porque no es por fuerza ni ejército, sino por tu Santo Espíritu.
• Y es que, eres únicamente Tú, oh Señor, el que ha vencido en cada batalla. 
• 
  
• Oh Cordero inmolado, 
• con tu majestuosa sangre derramada en la cruz del Calvario, has dado redención a toda la abyecta humanidad. 
• Y nadie sabe, a día de hoy, quien es un auténtico bienaventurado;
• porque aquí, el pedante que se considera santo, por acción o por omisión incumple la verdad.
• 
  
• La Biblia dice: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
• Y si tuviese profecía, y entendiese todas los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
• Y si repartirse todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
• Oh Hijo del Hombre, 
• Tú excelsa misericordia dio salvación eterna, al que se arrepintió y se postró a tus pies, un día como hoy;
• porque la puerta del paraíso le abriste.
• 
  
• Jesús, dijo: Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; pernaneced en mi amor.
• Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y pernanezco en su amor.
• Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. 
• Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
• Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.
• Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
• Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. 
• No me elegisteis vosotros  a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
• Esto os mando: Que os améis unos a otros.
• Oh Sumo Salvador,
• fervientes deseos tenemos de emanar tu sobrenatural candor. 
• Y ese será el más glorioso día, porque a nuestra alma nos habremos ceñido,
• el celestial galardón del que es bienaventurado. 
• Porque solo unos pocos serán tus genuinos hijos;
• y esto serán los que han mantenido el pulso firme  en el timón del arado, sin perder la fidelidad de seguir orando.
• Oh Cristo Jesús, en el Lugar Santísimo hemos de permanecer, 
• porque esta es la verdadera fe,
• que da el árbol de buenos frutos.
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• sé que mi vaso estaba destruido;
• y lo hiciste de nuevo,
• para que pudiera ser tu verdadero hijo.
•                Paz de Cristo 

LA ADORACIÓN INCONMENSURABLE, ES EXCLUSIVA EN CRISTO

• La Biblia dice: Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión de Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 
• Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual por lo de los otros.
• Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
• Por lo cual Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 
• Oh mi Cristo, tu manifestación en carne es ineludiblemente gloriosa,
• para tus consagrados siervos.
• Y es, oh gran Dios, en tu inaccesible luz,
• donde hemos sido libertados por tu preciosa sangre. 
• 
  
• Oh Cristo Redentor,
• tu sangre derramada en el Calvario, hizo el nuevo pacto de la gracia.
• Y no existe ningún adorador, 
• que no haga genuflexas sus rodillas, oh Rey de la gloria, quebrantado ante tu presencia. 
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• en tu ministerio público, fue tal el sinnúmero de milagros que no había suficientes libros para glosarlos.
• Y por ser Tú, oh Señor, el autor y consumador de la fe, 
• pudiste en un tiempo exiguo realizarlos.
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• solo en tu majestuoso nombre podemos confiar.
• Y será en el día postrero, 
• cuando a los que hemos creido en tu santo nombre, anhelamos que de la gloriosa eternidad nos puedas el alma saciar. 
• 
  
• Jesús, dijo: Mas la hora  viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
• Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
• Oh Rey de reyes y Señor de señores, en tu santuario celestial con la rodilla doblada te rendirán eterna adoración, los mismos siervos que ahora sine die persisten,
• y permanecen.
•                 Paz de Cristo 

LA INDIFERENCIA NO GANA ALMAS PARA TU GLORIA, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• la dureza de corazón desautoriza al predicador. 
• Y además, contrista al Santo Espíritu, 
• que nunca le doblegará el desamor.
• 
  
• Oh Cordero inmolado,
• Tú no diste tu vida en la cruz del Calvario, para que tus siervos se revistieran de vil insolemnidad.
• Y es que, el que suple falsariamente al bienaventurado,
• adolece de inverad.
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• el siervo que no da su vida por ti, es pusilánime hasta su muerte.
• Porque de una exigua fe,
• es el felón y cobarde.
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• según hayan sido sus obras,
• recompensarás en tu tribunal al que ha creido en tu excelso nombre;
• porque para siempre, oh Señor, serán tus misericordias.
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• ¿el vaso de barro se mostró indiferente ante su Creador?
• Esa indiferencia es la que tendrá que justificar en el día postrero,
• a los pies del Sumo Salvador.
•                Paz de Cristo 

EL GOZO MÁS SUBLIME ES VIVIR EN CRISTO

• La Biblia dice: Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 
• Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
• He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 
• Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos, de que vuestros nombres están escritos en los cielos. 
• Oh Hijo del Hombre, 
• bíblica es tu gloriosa protección sobre el diablo. 
• Y la multiforme gracia, del maligno nos preservará, 
• a tus consagrados siervos. 
• 
  
• Jesús, dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. 
• Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
• Oh mi Cristo, de la doctrina de Unicidad tu santuario nos concernió, 
• para poder al único Dios amar.
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• tu gozo es nuestra fortaleza.
• Y tu excelsa gloria, desde antes de la fundación del mundo, nos ha sido manifiesta e inherente, 
• de tan grandiosa y santísima certeza.
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• para tener el sumo gozo de vivir en santidad, hemos de superar con fe los más angostos y tortuosos caminos. 
• Y ser el reflejo de tu admirable luz,
• oh Señor, para predicar el Evangelio de la gracia a los corazones afligidos.
• 
  
• Oh Alfa y Omega, 
• Tú nos has cambiado el pétreo corazón, por uno de inconmensurable piedad.
• Y perseveraremos en anunciar la Sagrada Palabra, 
• para que el profano conozca la gloriosa y celestial verdad.
•                 Paz de Cristo 

RESISTE TODAS LAS ASECHANZAS DEL MALIGNO EN CRISTO

• Jesús, dijo: Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.
• Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. 
• Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
• Oh mi Cristo, en tu majestuoso nombre, buscan tus siervos santificarse.
• Porque anhelan hacer llegar hasta tu trono, sus oraciones incensadas, 
• oh Fiel y Verdadero. 
• 
  
• Oh gran Dios, 
• por las perversas tentaciones del diablo, 
• vivimos tus discípulos asediados;
• pero nunca nos podrá doblegar, el que en alguna ocasión se viste de un falso ángel de luz despiadado. 
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• el padre de mentira, tuvo la osadía de tentarte en el desierto.
• Y ante su diabólica actitud,
• oh Rey de la gloria, le remitiste a que adorara al Dios Eterno.
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• Tú viniste a deshacer las obras de Satanás.
• Y los consagrados en tu glorioso nombre, revestidos por fe y para fe,
• resistiremos hasta el fin su ignominia letal.
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, nos ha limpiado con su gracia todo vil pecado.
• Y porque Tú del mundo eres el Todopoderoso Salvador,
• al que ha dado su vida en tu excelso nombre, ha lugar a que por los siglos le hayas glorificado. 
•                    Paz de Cristo 

LOS COBARDES NO ENTRARÁN EN TU REINO, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• reconozco que nada hubiera sido posible fuera de tu presencia. 
• Y en la manifestación del Santo Espíritu, 
• me revestiste de grandiosa excelencia.
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• tus milagros que eran de facto, nadie pudo entenderlos.
• Y es que, donde interviene la máxima fe,
• se sobredimensionan los sentimientos. 
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• Tú eras, eres y serás el Dios único. 
• Pero nunca lo sabrá el cobarde,
• porque su corazón es tan vano, oh Señor, que no te hará falta pesarlo en el último juicio.
• 
  
• Oh Sumo Redentor, 
• tu inmolación voluntaria en la cruz del Calvario, redimió a toda la humanidad de sus obscenos pecados. 
• Y fue tu prodigioso amor,
• el que nos dio gracia para ser bienaventurados. 
• 
  
• Oh Fiel y Verdadero, 
• la espada es el Espíritu de tu Sagrada Palabra;
• y nos hará el juicio postrero,
• que es, oh Rey de reyes, la justicia santa.
•                   Paz de Cristo 

EL QUE PRACTICA LA AMBIGÜEDAD NO ES DIGNO EN CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• el que incumple un pacto negando tu poesía Cristocéntrica, se está cavando su propia fosa de condenación. 
• Porque la única verdad del Santo Espíritu, 
• es la que te lleva a la gloriosa salvación.
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• Tú nos enseñaste la sana doctrina.
• Y es que, la falsaria doctrina de la ambigüedad solo el diablo lo asume.
• Y la sobrenatural revelación meridiana, ésta abomina.
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• perder la unción en tu santo nombre, en un principio no es verosímil.
• Pero cuando uno predica poéticamente hasta lo último de la tierra, oh Señor, con tu radiante luz;
• llegas a la conclusión, de que no otro, sino el que ha roto el pacto contigo es miserable y vil.
• 
  
• Oh Santo de Israel, 
• las buenas nuevas de salvación eterna que Tú predicaste, son de solemne grandiosidad. 
• Y obra en agravio del que padece la precaria fe,
• enmascarándola de santísima verdad.
• 
  
• Oh Eterno, 
• nada puede entrañar más pecaminosidad, que el intento de profanar tu gloria. 
• Pero únicamente los nombres de los siervos, oh Rey de reyes, que Tú has escrito en el cielo, 
• serán coronados en victoria.
•                  Paz de Cristo 

NO SON MIS FUERZAS, SINO TU SANTO ESPÍRITU, OH CRISTO

• La Biblia dice: Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño. 
• Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima en él. 
• Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y el otro a su izquierda. 
• Proseguí y hablé, diciendo a aquel ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? 
• Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío. 
• Entonces respondió y me habló diciendo: Ésta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. 
• Oh mi Cristo, de mi existencia Tú eres el dueño.
• Y para todo fleco que me faltaré por atar, ne has dado el don de la fe.
• Y será la provisión celestial, para enmendar toda idea torcida, 
• que se haya interpuesto en mí camino;
• y es que, estas vicisitudes ajustarán mi glorioso sino,
• para morar eternamente en los incomparables cielos.
• 
  
• Oh Sumo Hacedor, 
• Tú hiciste visible el universo que no se veía, gracias a tu Sagrada Palabra. 
• Y expandiste su perfecto resplandor,
• hasta la más ignota coordenada. 
• 
  
• Oh Cristo Altísimo, 
• de gracia nos has dado los cinco sentidos para usarlos a nuestra libre conveniencia.
• Pero cuentas te hemos de dar, oh Señor, en el Lugar Santísimo, 
• para someternos a tu gloriosa excelencia. 
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• tu viniste a purificar las almas.
• Y todas y cada una de las que crean en el nombre que es sobre todo nombre, 
• recibirán el glorioso galardón de ser salvas. 
• 
  
• Oh Sumo Creador, 
• porque te acuerdas de que somos polvos, necesitados estamos de tu gran misericordia. 
• E inmenso es el inmarcesible amor,
• que nos da cada radiante día su piedad excelsa. 
•                   Paz de Cristo 

EL SIERVO AUTÉNTICO VETA LA CORRUPCIÓN, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• el pecado no se enseñoreó de tus sentidos.
• La gloria siempre se manifestó en tu Santo Espíritu, 
• para dar salvación a los perdidos. 
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• tu abominable crucifixión es el más digno ejemplo a seguir. 
• Y se desbordó hasta en los confines del universo, oh Rey de la gloria, tu excelso amor,
• para revelar al mundo,  que Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
• 
  
• Oh Cristo Jesús, 
• tu límpido río lleno de santidad, regó toda tierra estéril.
• Y el fulgor de su admirable luz,
• lo hizo visible la estrella resplandeciente de la mañana, cuando su majestuoso perdón se lo ofrendó a lo más séptico y vil.
• 
  
• Oh Santo de Israel,
• la ambigüedad no tiene cabida en el precepto bíblico.
• Y es que, nadie puede agradar al Soberano Señor Jesucristo sin fe,
• porque caería irremisiblemente en el abismo satánico. 
• 
  
• Oh Eterno.
• la corrupción está sostenida por el ancestral obscurantismo. 
• Y nadie verá su santa faz en el cielo;
• sino se ha arrepentido de sus pecados con quebrantamiento de espíritu, postrándose perpetuamente en el Lugar Santísimo.
•                Paz de Cristo 

EMULEMOS LA ARMONÍA UNIVERSAL EN CRISTO

• Los rodamientos del universo fueron engranados por el Omnipotente;
• y no necesitan revisiones para que cumplan lo que les encomendó el Sumo Creador.
• Oh mi Cristo, la armonía en sus rotaciones y traslaciones es de una pasmosa exactitud latente.
• Y eres Tú el Invisible, su ejecutor.
• 
  
• Será que las estrellas las vemos como irreales, 
• para emular su natural belleza. 
• Pero sabemos, que si le pediéramos al Rey de reyes sabiduría de lo alto, nos la daría a raudales;
• porque ovejas de su prado somos, y confiaríamos en su gran misericordia, que es la sobrenatural señal de su gloriosa certeza.
• 
  
• Oh Santo, 
• de tu linaje es nuestra inmerecida heredad.
• Y por ser, oh Señor, tu buena dádiva y tu don perfecto de lo alto;
• al que tu excelsa diestra toca, de repente le sobreviene la celestial paz.
• 
  
• Oh Eterno,
• de gracia es todo precepto bíblico recibido.
• Y no hay santificado siervo, 
• que no hayas con tu majestuoso nombre esculpido. 
• 
  
• En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 
• El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 
• Oh Alfa y Omega, 
• nadie morará en tu gloria, si no se deja usar celosamente por tu santísima armonía.
•                 Paz de Cristo 

EL MILAGRO ES INHERENTE A TU SAGRADA PALABRA, OH CRISTO

• Jesús clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
• Y después, dijo: Desatadle, y dejadle ir.
• Esta es, oh Señor, tu Sagrada Palabra, que siempre cumple el propósito para el que ha sido enviada;
• porque consumará atemporal e insoslayablemente su eterno fin.
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• el excelso milagro lo hizo en la cruz del Calvario tu preciosa sangre derramada, cuando dio a luz el nuevo pacto de la gracia.
• Y no otro, sino tu inmarcesible amor, 
• fue el que nos redimió por la eternidad el alma.
• 
  
• Oh Cordero inmolado, 
• tu muerte, y muerte de cruz nos dio vida de gloria.
• Y nada alcanzó con tanto primor al bienaventurado, 
• que recibió la celestial corona, como colofón de su eterna victoria. 
• 
  
• Oh Alto y Sublime, 
• Tú nos has concernido en tu inaccesible luz. 
• Y este paso no es asumible,
• sino para el que morará por los siglos en la eterna  plenitud.
• 
  
• Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, 
• guardarás de todo mal a tus verdaderos siervos. 
• Porque sus nombres has escrito, 
• desde la eternidad y hasta la eternidad en los gloriosos cielos.
•              Paz de Cristo 

ÚNICAMENTE AL HERALDO QUE LE HA SIDO REVELADA LA VERDAD, TESTIFICA EN TU SANTO NOMBRE, OH CRISTO

• Jesús, dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 
• Si me conociéseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
• Tú eres el primero y el último, el principio y el fin,
• oh mi Cristo. 
• ¿Estás seguro de ser un digno discípulo del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo? 
• Si fuere así, predica hasta lo último de la tierra el Evangelio de la gracia.
• Y llevado a toda verdad por el Santo Espíritu,
• guárdate en su gloriosa excelencia. 
• 
  
• Oh Cristo Redentor, 
• postrado a tus pies, y con quebrantamiento de espíritu he visto los clavos que traspasaban tus pies y tus manos. 
• Y fue tal tu excelso amor,
• oh Rey de la gloria, que el viento de Sion anunció tu redención, a todos los que habían de ser salvos.
• 
  
• Oh Sumo Alfarero, 
• has tenido la grandiosa paciencia, de restaurar el vaso que se rompió en un sinnúmero de ocasiones.
• Y como es tu voluntad, la que prevalecerá en el día postrero;
• tu excelsa diestra sellará a los siervos consagrados, con sus eternas bendiciones. 
• 
  
• Oh Sumo Hacedor, 
• sin tu gracia nada somos en este ignoto universo. 
• Y todo el que hace desdén de tu glorioso amor,
• está a la deriva en un océano tenebroso e incierto. 
•               Paz de Cristo 

EL PERDÓN SEPULTA TODA RAÍZ DE AMARGURA, OH CRISTO

•  Jesús, dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
• Nunca te des la vuelta para contemplar el pasado.
• Oh mi Cristo, en tu gracia, mediante el perdón de tus siervos consagrados,
• todo lo tenebroso quedó sepultado.
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• Oh Fiel y Verdadero, 
• tus pasos bíblicos sigo hasta llegar a tu execrable sacrificio de la cruz del Calvario; rememorando de nuevo tu majestuoso perdón. 
• Porque no hay excusa para no perdonar, a los que te hirieron primero.
• Y es que, oh Señor, Tú perdonaste a los que te escarnecieron, siendo tu preciosa sangre derramada para su personal redención.
• 
  
• La Biblia dice: También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
• Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendran apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita.
• Oh Cristo Altísimo, siempre estaremos a tus pies quebrantados y genuflexos,
• para ser sustentados por tu diestra bendita.
• 
  
• Oh Eterno, 
• es tu presencia,
• la que nos abre el cielo 
• con toda su magnificencia. 
• 
  
• Oh Santo, 
• el que se niega a sí mismo, te seguirá dando toda la gloria y toda la honra.
• Y todo el que sea tibio, oh Rey de reyes, te dará espanto,
• y lo vomitarás de tu boca.
•                   Paz de Cristo