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domingo, 11 de diciembre de 2022

SÉ SANTO, ANDA COMO ANDUVO CRISTO

  • Oh mi Cristo, 
  • en iniquidades que te desagradan, no pueden caer reiteradamente los que se consideran ejemplo de tu Iglesia santa. 
  • Sí, porque no es por fuerza ni ejército, sino por tu Santo Espíritu.
  • Y es que, eres únicamente Tú, oh Señor, el que ha vencido en cada batalla. 

  • Oh Cordero inmolado, 
  • con tu majestuosa sangre derramada en la cruz del Calvario, has dado redención a toda la abyecta humanidad. 
  • Y nadie sabe, a día de hoy, quien es un auténtico bienaventurado;
  • porque aquí, el pedante que se considera santo, por acción o por omisión incumple la verdad.

  • La Biblia dice: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
  • Y si tuviese profecía, y entendiese todas los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
  • Y si repartirse todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
  • Oh Hijo del Hombre, 
  • Tú excelsa misericordia dio salvación eterna, al que se arrepintió y se postró a tus pies, un día como hoy;
  • porque la puerta del paraíso le abriste.

  • Jesús, dijo: Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; pernaneced en mi amor.
  • Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y pernanezco en su amor.
  • Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. 
  • Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
  • Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.
  • Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
  • Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. 
  • No me elegisteis vosotros  a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
  • Esto os mando: Que os améis unos a otros.
  • Oh Sumo Salvador,
  • fervientes deseos tenemos de emanar tu sobrenatural candor. 
  • Y ese será el más glorioso día, porque a nuestra alma nos habremos ceñido,
  • el celestial galardón del que es bienaventurado. 
  • Porque solo unos pocos serán tus genuinos hijos;
  • y esto serán los que han mantenido el pulso firme  en el timón del arado, sin perder la fidelidad de seguir orando.
  • Oh Cristo Jesús, en el Lugar Santísimo hemos de permanecer, 
  • porque esta es la verdadera fe,
  • que da el árbol de buenos frutos.

  • Oh Sumo Alfarero, 
  • sé que mi vaso estaba destruido;
  • y lo hiciste de nuevo,
  • para que pudiera ser tu verdadero hijo.
  •                Paz de Cristo 

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