- Oh mi Cristo,
- en iniquidades que te desagradan, no pueden caer reiteradamente los que se consideran ejemplo de tu Iglesia santa.
- Sí, porque no es por fuerza ni ejército, sino por tu Santo Espíritu.
- Y es que, eres únicamente Tú, oh Señor, el que ha vencido en cada batalla.
- Oh Cordero inmolado,
- con tu majestuosa sangre derramada en la cruz del Calvario, has dado redención a toda la abyecta humanidad.
- Y nadie sabe, a día de hoy, quien es un auténtico bienaventurado;
- porque aquí, el pedante que se considera santo, por acción o por omisión incumple la verdad.
- La Biblia dice: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
- Y si tuviese profecía, y entendiese todas los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
- Y si repartirse todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
- Oh Hijo del Hombre,
- Tú excelsa misericordia dio salvación eterna, al que se arrepintió y se postró a tus pies, un día como hoy;
- porque la puerta del paraíso le abriste.
- Jesús, dijo: Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; pernaneced en mi amor.
- Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y pernanezco en su amor.
- Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
- Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
- Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.
- Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
- Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
- No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
- Esto os mando: Que os améis unos a otros.
- Oh Sumo Salvador,
- fervientes deseos tenemos de emanar tu sobrenatural candor.
- Y ese será el más glorioso día, porque a nuestra alma nos habremos ceñido,
- el celestial galardón del que es bienaventurado.
- Porque solo unos pocos serán tus genuinos hijos;
- y esto serán los que han mantenido el pulso firme en el timón del arado, sin perder la fidelidad de seguir orando.
- Oh Cristo Jesús, en el Lugar Santísimo hemos de permanecer,
- porque esta es la verdadera fe,
- que da el árbol de buenos frutos.
- Oh Sumo Alfarero,
- sé que mi vaso estaba destruido;
- y lo hiciste de nuevo,
- para que pudiera ser tu verdadero hijo.
- Paz de Cristo
domingo, 11 de diciembre de 2022
SÉ SANTO, ANDA COMO ANDUVO CRISTO
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