- Oh mi Cristo,
- el pecado no se enseñoreó de tus sentidos.
- La gloria siempre se manifestó en tu Santo Espíritu,
- para dar salvación a los perdidos.
- Oh Cristo Redentor,
- tu abominable crucifixión es el más digno ejemplo a seguir.
- Y se desbordó hasta en los confines del universo, oh Rey de la gloria, tu excelso amor,
- para revelar al mundo, que Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
- Oh Cristo Jesús,
- tu límpido río lleno de santidad, regó toda tierra estéril.
- Y el fulgor de su admirable luz,
- lo hizo visible la estrella resplandeciente de la mañana, cuando su majestuoso perdón se lo ofrendó a lo más séptico y vil.
- Oh Santo de Israel,
- la ambigüedad no tiene cabida en el precepto bíblico.
- Y es que, nadie puede agradar al Soberano Señor Jesucristo sin fe,
- porque caería irremisiblemente en el abismo satánico.
- Oh Eterno.
- la corrupción está sostenida por el ancestral obscurantismo.
- Y nadie verá su santa faz en el cielo;
- sino se ha arrepentido de sus pecados con quebrantamiento de espíritu, postrándose perpetuamente en el Lugar Santísimo.
- Paz de Cristo
miércoles, 7 de diciembre de 2022
EL SIERVO AUTÉNTICO VETA LA CORRUPCIÓN, OH CRISTO
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