PURIFICA LA SENDA DE TU SALVACIÓN EN CRISTO

• Jesús, dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 
• El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere será condenado. 
• Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. 
• Oh mi Cristo, la bendición sobrenatural nos viene dada por la Sagrada Escritura.
• Y es que, no hay mayor excelencia que poder ser bienaventurado;
• porque únicamente tus verdaderos siervos, la puerta del cielo abrirán. 
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• Oh Santo de Israel,
• tus exhortos de eternidad, nos dejaron expedito el angosto camino de salvación.
• Y todo ha de obrar siempre por fe,
• en tu velidoso y extemporáneo corazón. 
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• Oh Sumo Alfarero, 
• desde antes de la fundación del mundo, Tú ya habías escogido a que ser humano ibas a moldear en tu gloriosa rueda.
• Y no has de tener ninguna reserva para tu salvación; porque el Altísimo que así lo dio por hecho, 
• puso sobre ti su excelsa diestra. 
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• Oh Rey de reyes y Señor de señores, 
• que sea tu admirable luz, la que nos irradie esperanza en la entenebrecida tormenta. 
• Gracias te damos, oh Rey de la gloría, por tus misericordias y favores;
• porque nos serán indispensables, para ser más que vencedores en la eterna meta.
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• Oh Eterno, 
• dependemos de tu gracia, en las circunstancias aparentemente más triviales.
• Y es que, todas y cada una de tus decisiones, tienen que estar asidas a un bíblico celo,
• para que las bendiciones sean celestiales.
•               Paz de Cristo