- Oh mi Cristo,
- tus siervos, en lugar de ser santos, les sigue primando la mundana insolencia.
- Y es que, ante la gran impostura del que es indigno,
- nunca podrá fluir la excelencia.
- Oh Santo,
- nuestra prosaica diferencia es no poder percibir tu bíblica unción.
- Y en el Edén ya se dio este flagrante caso.
- por hacer diferencias abominables con la santificación.
- Oh gran Dios,
- en que nos afecta la maldad,
- sino estamos sobre ella apercibidos,
- por nuestro paupérrimo grado de santidad.
- Oh Eterno,
- la certeza del limpido corazón está en entredicho.
- Porque se ha endurecido sin freno,
- hasta tocar el abismo.
- Oh gran Yo Soy,
- el ser humano se ha empecinado en su egolatría.
- Y se cree autosuficiente, a día de hoy,
- gobernado por su fútil estulticia.
- Paz de Cristo
lunes, 12 de diciembre de 2022
SOLO UN NECIO PUEDE PENSAR QUE EN ALGUNA OCASIÓN TE HA CONMOVIDO, OH CRISTO
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