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viernes, 23 de diciembre de 2022

LA UNCIÓN, GRACIA EN CRISTO

  • La Biblia dice: No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
  • ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Éste es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
  • Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. 
  • Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio pernanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. 
  • Y ésta es la promesa que él hizo, la vida eterna.
  • Os he escrito esto sobre los que os engañan.
  • Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. 
  • Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. 
  • Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él. 
  • Oh mi Cristo, tu angosta senda nos llevará indubitablemente a la gloriosa eternidad,
  • este es el sublime propósito,
  • de solemnidad reverente.
  • Y es la heredad de tu linaje,
  • la que algunos impostores suplantan.
  • Los siervos de celosa fe,
  • con su unción a las almas sanan.
  • Y perseveran hasta el fin con los bienaventurados, 
  • amando al Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, que en la cruz, dijo: Consumado es.

  • Oh Cristo Redentor, 
  • de forma inmerecida diste tu vida por la perversa humanidad.
  • Y fue tan excelso tu amor,
  • que todas las estrellas del universo, se conmovieron con tu manifiesta santidad.

  • Oh Santo de Israel, 
  • guárdanos de toda inicua falsedad.
  • Porque nuestro altar tendrá que dar cuenta a aquel,
  • que nos predicó la santísima verdad. 

  • Oh Señor de señores, 
  • remisos fuimos a la obediencia;
  • pero no desdeñamos tus celestiales favores,
  • que nos fueron dados por tu incondicional excelencia. 

  • Oh Alfa y Omega, 
  • la unción nos ha sido ofrendada de lo alto. 
  • Y esta solo viene de tu excelsa diestra, 
  • oh Santo, Santo, Santo.
  •                  Paz de Cristo         

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